Aunque las enfermedades diarreicas son prevenibles y tratables, a la fecha representan la segunda causa de muerte de niños menores de cinco años y una de las principales causantes de malnutrición infantil, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se estima que al año mueren alrededor de 760 mil niños y que se registran mil 700 millones de casos de enfermedades diarreicas en todo el mundo como consecuencia de infecciones bacterianas, parasitarias y virales, por lo que se considera un problema de salud pública mundial.
En México, científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) —del Instituto Politécnico Nacional (IPN)— estudian los norovirus, agentes patógenos causantes de la gastroenteritis, cuyos síntomas son vómito y diarrea, y que se caracterizan por ser altamente contagiosos. El propósito es conocerlos y proponer alternativas de diagnóstico, control y tratamiento, por ejemplo, a través de una vacuna.
Desde hace 17 años, la doctora Ana Lorena Gutiérrez Escolano, investigadora del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav, estudia este virus que pertenece a la familia de los calicivirus, la cual origina 18 por ciento de los casos de gastroenteritis de origen alimentario en el mundo.
Actualmente, con apoyo de la Convocatoria de Investigación Científica Básica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), ejecuta el proyecto Estudio de los mecanismos de regulación de la apoptosis durante la replicación de los calicivirus mediante el cual indaga la relación del virus con los componentes celulares que le permiten propagarse, con el propósito de identificar las moléculas que participan en su multiplicación para utilizarlas como medio de control y prevención.
La investigadora nacional nivel II y que ha destacado a nivel mundial en esta área del conocimiento, comparte con la Agencia Informativa Conacyt que el cuerpo humano tiene una memoria inmunológica de corta duración para este virus, por lo que una persona puede presentar la infección en distintos momentos de la vida con la misma severidad.
“Un individuo puede tener varios episodios de diarrea y vómito por norovirus durante toda su vida, y como infecta tanto a menores y adultos mayores como a adultos en edad laborable, tiene un impacto económico importante por los costos en visitas médicas y los días no laborables”, subraya.
Investigación
La doctora en ciencias en el área de Patología Experimental refiere que a la fecha no se han podido propagar convenientemente los calicivirus que infectan a los humanos en cultivos celulares, por lo cual ha utilizado dos modelos animales cultivables para estudiar su biología: el calicivirus felino (en gatos) y el norovirus murino (en ratones), este último tiene muchas semejanzas al del humano, pero a diferencia de este no provoca diarrea en los animales.
“Primero empezamos a estudiar los norovirus de humanos, haciendo la biología molecular porque no los podíamos cultivar. Después, empezamos a propagar a los modelos de felino y ratón porque se parecen mucho desde el punto de vista de su arreglo molecular a los que causan enfermedad en humanos. De esta manera, hemos podido estudiar cómo es su relación con los componentes celulares para que cuando podamos empezar a cultivar los que infectan a humanos, podamos determinar si se comportan igual. El conocimiento que generemos lo podremos utilizar en estrategias de diagnóstico, control o de vacunas”, abunda.
Durante estos años de investigación, se ha identificado que la proteína celular llamada nucleolina tiene un papel determinante en la multiplicación del virus. A través de estas técnicas de biología molecular se han llevado a cabo pruebas para eliminar los sitios de interacción de esta proteína con el genoma de los virus, para con ello producir cepas menos virulentas que podrían utilizarse como potenciales vacunas.
A la par, se ha investigado la vertiente epidemiológica con el propósito de conocer qué tan frecuentes son los norovirus entre la población mexicana y qué tanto afecta a menores de cinco años que requieren de hospitalización.
Con el análisis de muestras de heces de pacientes con gastroenteritis, se han ubicado los casos positivos y se ha identificado que existe una creciente incidencia en los últimos años, dado que se conoce que entre diez y cien partículas virales tienen la capacidad para infectar un individuo, mientras que en cada evacuación se generan hasta diez billones de partículas virales por gramo de material fecal; es importante diagnosticar la enfermedad a tiempo para evitar el establecimiento de brotes en poblaciones semicerradas como hospitales, hoteles y guarderías, entre otros.
Con esta información se podrá determinar si la infección por norovirus es un problema de salud pública para México, y comparar su incidencia con la que se conoce de otros países, a fin de evaluar si es necesario realizar una vacuna y a qué población se destinaría.
Estos trabajos los ha realizado en colaboración con los doctores Teresa Estrada, del Departamento de Biomedicina Molecular de Cinvestav, y Julio César Torres Romero, de la Universidad Autónoma de Yucatán; además de investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, y de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra.
Dra. Ana Lorena Gutiérrez |