Las cuatro libertades sustanciales de los derechos humanos hoy aún se niegan a millones de personas: la libertad de expresión, se niega a millones de personas y está cada vez más amenazada; la libertad de culto, los terroristas se han apropiado de la religión y han traicionado su espíritu al asesinar en su nombre; la libertad para vivir sin miseria, gran parte de la humanidad sigue sin tener esta libertad; la libertad para vivir sin temor, los millones de refugiados y desplazados son un trágico resultado del incumplimiento de esta libertad.
Al conmemorarse el “Día de los Derechos Humanos”, Ban Ki-moon, Secrretario General de la Organización de las Naciones Unidad (ONU), dijo que ante las enormes atrocidades y abusos generalizados que se están cometiendo en todo el mundo, esta fecha debe servir para “impulsar una acción mundial más concertada para promover los principios atemporales que colectivamente hemos prometido cumplir”.
El Día de los Derechos Humanos se celebra todos los años el 10 de diciembre, para conmemorar el día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en 1948.
En 2015 el Día está dedicado al lanzamiento de una campaña de un año de duración para conmemorar el 50 aniversario de los dos pactos internacionales de derechos humanos: el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que fueron adoptados por la Asamblea General de la ONU el 16 de diciembre 1966.
Los dos Pactos, junto con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, constituyen la Carta Internacional de Derechos Humanos, que establece los derechos civiles, políticos, culturales, económicos y sociales que tiene todo ser humano al nacer.
«Nuestros Derechos. Nuestras libertades. Siempre» tiene como objetivo promover y dar a conocer los dos Pactos en su 50 aniversario. La campaña gira en torno al tema de los derechos y libertades (la libertad de expresión, la libertad de culto, la libertad a vivir libres de la miseria y la libertad a vivir sin miedo) que sustentan la Carta Internacional de Derechos Humanos. Estos derechos y libertades son tan relevantes hoy como cuando se adoptaron los Pactos hace 50 años. Para obtener más información sobre el tema de este año y la campaña consulte el sitio web de la oficina de Derechos Humanos de la ONU..
En este año, en que se conmemora el 70º aniversario de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon refirió que se puede tomar inspiración en la historia del movimiento de derechos humanos moderno, que surgió a raíz de la Segunda Guerra Mundial.
En específico recordó al entonces Presidente de los Estados Unidos de América, Franklin D. Roosevelt, quien definió cuatro libertades básicas como derechos inalienables de todas las personas: la libertad de expresión, la libertad de culto, la libertad para vivir sin miseria y la libertad para vivir sin temor, así como la acción que realizó en las Naciones Unidas, su esposa, Eleanor Roosevelt, unió sus fuerzas con paladines de los derechos humanos de todo el mundo para consagrar esas libertades en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Ante esto recordó que los retos extraordinarios de hoy pueden considerarse —y afrontarse— a través del prisma de estas cuatro libertades y la forma en que se les limita:
- Primera: la libertad de expresión. Esta libertad se niega a millones de personas y está cada vez más amenazada, por lo que debemos defender, preservar y ampliar las prácticas democráticas y el espacio de la sociedad civil. Ello es esencial para una estabilidad duradera.
- Segunda: la libertad de culto. En todo el mundo, los terroristas se han apropiado de la religión y han traicionado su espíritu al asesinar en su nombre. Otros están atacando a las minorías religiosas y aprovechan los temores para obtener beneficios políticos. En respuesta a ello, debemos promover el respeto por la diversidad basado en la igualdad fundamental de todas las personas y el derecho a la libertad de religión.
- Tercera: la libertad para vivir sin miseria. Gran parte de la humanidad sigue sin tener esta libertad. En septiembre, los dirigentes del mundo aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible con el objetivo de poner fin a la pobreza y permitir que todas las personas puedan vivir con dignidad en un planeta pacífico y sano. Ahora debemos hacer todo lo posible para que esta visión se materialice.
- Cuarta: la libertad para vivir sin miseria. Los millones de refugiados y desplazados internos son un trágico resultado del incumplimiento de esta libertad. Desde la Segunda Guerra Mundial nunca tantas personas se habían visto obligadas a huir de sus hogares. Esas personas huyen de la guerra, la violencia y la injusticia a través de continentes y océanos, a menudo arriesgando sus vidas. En respuesta a ello, no debemos cerrar las puertas sino abrirlas y garantizar el derecho de todos a pedir asilo, sin discriminación alguna. Los migrantes que intentan escapar de la pobreza y la desesperanza también deben poder disfrutar de sus derechos humanos fundamentales.