La atención médica que reciben los enfermos renales en México no es de suficiente calidad, ni el trato es personalizado; ante esto los afectados proponen que se capacite más al personal de salud para mejorar su trato y mejorar la calidad de la atención, además de que se abastezca con suficiencia de los medicamentos a los centros de salud donde se hacen los tratamientos.
Estas son observaciones recogidas por Francisco Javier Mercado Martínez, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), quien realizó un estudio sobre la percepción de los tratamientos de enfermedades renales que se brindan en Mexico. Para ello, en los últimos 10 años realizó cerca de 500 entrevistas con la intención de conocer la opinión de los integrantes de los equipos de trabajo en materia de salud y donación, los enfermos y sus familiares.
Destacó que la investigación se realizó en la región centro-occidente de México, y abarcó desde el estado de Michoacán hasta Baja California, y nació del interés por escuchar a los diversos actores que están involucrados en la atención de este tipo de padecimientos, no solo a médicos y directivos, esto, para conocer los problemas que enfrentan las personas enfermas, así como las propuestas para remediar estas deficiencias.
Comentó que se hicieron hallazgos muy concretos, sobre todo en lo referente a la población que carece de seguridad social, la cual enfrenta un problema severo debido al alto costo de los tratamientos, pero también existen otras carencias que no se resuelven incrementando el número de doctores ni construyendo más hospitales.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué fue lo que más expresaron enfermos y familiares en esta investigación?
Francisco Javier Mercado Martínez (FJMM): Lo que están ellos destacando es el hecho de que la atención médica que se les brinda no es de suficiente calidad, ni el trato es personalizado, de tal manera que hay muchas cosas que se podrían mejorar; de hecho, una de las recomendaciones, una de las propuestas concretas que se hace, es que se capacite más al personal de salud para mejorar su trato y mejorar la calidad de la atención.
AIC: ¿Qué repercusiones trae para el paciente no recibir una atención adecuada?
FJMM: Bueno, yo diría que hay dos problemas, por un lado no solamente es el trato personalizado, sino que ellos insisten en que hay falta de recursos en los centros hospitalarios donde son atendidos, donde se le da seguimiento a su padecimiento; y por otro lado, lo que están insistiendo es que si no hay suficientes recursos, eso los obliga a tener que conseguir los recursos a través de algunas vías para llevar a cabo el tratamiento.
Yo solamente quisiera recordar que para una familia que no tiene seguridad social, el hecho de que tenga que utilizar medicamentos inmunosupresores le puede representar entre 10 y cinco mil pesos al mes, entonces para las familias que no tienen una seguridad social esto es una verdadera catástrofe, esto los está llevando a la ruina.
AIC: ¿Qué porcentaje de los enfermos renales no tiene acceso a la seguridad social?
FJMM: En término generales, cerca de 50 por ciento de la población no tiene seguridad social, de ahí el señalamiento de que es urgente que se logre la cobertura de absolutamente toda la población, que se haga válido ese principio constitucional de que todo el mundo tiene derecho a una atención gratuita, digna.
AIC: ¿Es difícil lograrlo?
FJMM: La investigación también arroja resultados de otros países que están en una situación más o menos semejante a México, y en donde no solamente hay una atención universal a toda la población, sino que también la población no se queja del trato, entonces ese no es un asunto económico, o sea, la mejoría en el trato profesional, la mejoría en la resolución, o como un ejemplo concreto, muchos de ellos dicen: no somos números, somos personas, tenemos nombres, por lo menos que nos llamen por nuestros nombres, cosas así del día a día que significan un cambio importante, y en donde para el enfermo puede resultarle entendible que ese médico en particular no puede resolverle todo el problema, pero por lo menos siente que lo están atendiendo, que se preocupan por él.
Ahora bien, eso no quiere decir que sea un mal trato sistemático, lo que sí digo es que es común escuchar ese tipo de señalamientos.
AIC: ¿Con qué países se realizó esta comparación?
FJMM: A la par se ha hecho la investigación en Uruguay y en Brasil, países con características relativamente semejantes, porque normalmente lo que se hace es compararnos con el primer mundo, cosa que me parece que dista (…) En este caso lo que hemos hecho es hacer el mismo tipo de investigación para tratar de conocer lo que piensan, lo que dicen y lo que proponen los enfermos uruguayos y brasileños.
AIC: ¿Hay otros rasgos característicos en relación a los pacientes renales en México?
FJMM: Bueno, la gran diferencia entre estos países y México es que ellos tienen un sistema universal de salud, dicho en otras palabras, la gente allá no tiene que pagar por el tratamiento, esto es de entrada. Entonces esto significa que por lo menos para la población en México que no tiene seguridad social hay una diferencia abismal, porque allá cualquier persona, por más pobre que sea, tiene acceso a la atención médica, tiene acceso al trasplante, sin costo, y aquí sabemos que los costos son sumamente altos, ya sea para el tratamiento dialítico, para el trasplante, o para los medicamentos postrasplante.
Eso es lo primero, eso es lo que hace la gran diferencia, de tal manera que ellos no se quejan, su gran preocupación no es lo económico, ellos tienen otro tipo de preocupaciones. Aquí lo que tenemos es, por un lado, la gran preocupación económica; segundo, la gran preocupación por los servicios de salud, como ya lo decía, se trata de una atención individualizada, de más respeto y, yo diría, más digna.
La Fundación Mexicana del Riñón precisa que en México hay actualmente 8.3 millones de personas con insuficiencia renal leve, 102 mil personas con insuficiencia renal crónica y 37 mil 642 con tratamiento continuo de diálisis. Se estima, además, que 55 mil pacientes reciben tratamiento renal sustitutivo con diálisis y que al menos la misma cifra no tiene acceso a este tipo de tratamiento. Fuente: Cámara de Diputados |
AIC: ¿Esto trae repercusiones en la salud de los enfermos?
FJMM: Bueno, lo primero que decía es que contar o no con una atención gratuita por supuesto que tiene efectos directos en la salud, porque eso hace la diferencia entre tomar y no tomar medicamentos, y sabemos que si no tomo los medicamentos inmunosupresores, al corto plazo voy a tener un rechazo renal, eso es el gran efecto inmediato, y que a mediano y largo plazo se traduce en una mayor mortalidad.
Pero yo diría que lo segundo es que las personas, en la medida en que están con una atención más personalizada, con una atención más digna, refieren que hay mayor satisfacción con el tratamiento en general, o sea, habría que hacer investigaciones ahí para ver los niveles de neurosis o de depresión, pero son estudios que no se han hecho.
AIC: ¿Qué sigue a futuro en esta investigación?
FJMM: Lo que queremos hacer es comparar lo que sucede en México en otras regiones, esto lo hicimos en la región centro-occidente del país, en 10 estados, habría que ver si sucede lo mismo en el norte y sur de México, habría que hacer estudios comparativos entre las personas que están en la seguridad social, en el Seguro Social; me parece que ahí hay un problema muy complejo que habría de analizarse, y yo diría que hay un tema que tiene que ser estudiado obligatoriamente: México es uno de los pocos países en donde gran porcentaje de los trasplantes son de vivos relacionados, es decir de familiares, y me decía un médico en Uruguay, ellos por principios no pueden sugerir a los familiares que donen un órgano, yo diría que hay que empezar a hacer estudios, muy propios, y ahí está la gran diferencia entre el tratamiento que se brinda aquí y el tratamiento que se brinda en otros países.