Un 28% de los adultos en el mundo –1.400 millones de personas– no se mantuvieron suficientemente activos en 2016, lo que supone un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, demencia y algunos cánceres, según el primer estudio de las tendencias mundiales de ejercicio físico.
El trabajo, realizado por investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado en la revista The Lancet Global Health, actualiza las estimaciones de 2008 y revela que, en general, el nivel global de actividad en la población adulta permanece prácticamente sin cambios desde 2001.
“A diferencia de otros grandes riesgos de salud, los niveles de inactividad física no están disminuyendo, y más de un cuarto de todos los adultos no están siguiendo las recomendaciones para una buena salud”, advierte Regina Guthold, autora principal del estudio.
Para mantenerse saludable, debemos realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad intensa por semana
De hecho, los datos muestran que si las tendencias actuales continúan, el objetivo para 2025 de una reducción relativa del 10% en el ejercicio físico insuficiente no se cumplirá.
En 2016, alrededor de una de cada tres mujeres (32%) y uno de cada cuatro hombres (23%) en todo el mundo no alcanzaron los niveles recomendados de actividad física para mantenerse saludables, es decir, al menos 150 minutos de intensidad moderada o 75 minutos de actividad física intensa por semana.
La investigación se basa en los datos de actividad en el trabajo, en el hogar, durante el transporte y tiempo libre de 1,9 millones de adultos de 18 años y más en 168 países. En 55 de esos 168 países, es decir el 33%, más de un tercio de la población no tenía suficiente actividad física.
Estos datos muestran la necesidad de que todos los territorios aumenten la prioridad de proporcionar entornos que respalden la actividad física y aumenten las oportunidades de realizar ejercicio diario para las personas de todas las edades.
“Las regiones con niveles crecientes de ejercicio físico insuficiente son una gran preocupación para la salud pública y la prevención y el control de las patologías no transmisibles”, subraya Guthold.
Países más ricos, menos deporte
Con respecto al nivel socioeconómico, los países de altos ingresos poseen niveles de actividad física insuficiente mayores (37%) en comparación con los países de ingresos medios (26%) y de bajos ingresos (16%). Además, en los territorios más ricos la inactividad aumentó en un 5% entre 2001 y 2016.
Las tasas más altas de actividad insuficiente en 2016 se encontraron en adultos en Kuwait, Samoa Americana, Arabia Saudita e Iraq, donde más de la mitad de todos los adultos eran insuficientemente activos. Tras ellos se sitúa EE UU y Reino Unido, dónde alrededor del 40 y del 36% de los adultos, respectivamente, no estaban suficientemente activos.
Si bien la disminución en la actividad física ocupacional y doméstica es inevitable a medida que los países prosperan y el uso de la tecnología aumenta, los autores concluyen que los gobiernos deberían proporcionar una infraestructura que promueva el ejercicio continuado.