En Bogotá, Colombia, se encuentra la sede del Centro Latinoamericano para el Desarrollo de la Cultura Colaborativa (QUIRA), conformado por expertos en psicología social crítica quienes en un trabajo coordinado ofrecen atención a víctimas del secuestro en aquel país, particularmente a personas que han sido retenidas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), atención que también se les brinda a sus familiares.
Ángela María Estrada Mesa, directora ejecutiva de esa organización, participó en las Jornadas de Atención Psicosocial organizadas por la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), en donde dialogó con alumnos y académicos de esta casa de estudios.
En entrevista previa a este evento, Estrada Mesa comentó que el servicio que ofrecen en QUIRA no es una atención en crisis, dado que las personas pudieron haber sido liberadas. “Lo que hacemos es una atención que contribuya a generar nuevos recursos culturales para enfrentar la vida cotidiana y el trabajo”.
Precisó que trabajan en varios niveles de atención que va orientada al cambio, buscando que las personas logren reconstruir narrativas personales, que éstas sean menos cargadas de problemas y se liberen de presiones.
QUIRA trabaja en una perspectiva “construccionista narrativa”, que considera la crisis como una oportunidad para que las personas puedan cambiar significativamente y se concentren más en las acciones presentes y no en situaciones pasadas, de esa manera contribuyen a construirse escenarios de futuro que le satisfagan más.
Aunque reconoció que QUIRA es una organización relativamente joven que integra a psicólogos colombianos comprometidos con su trabajo, Estrada Mesa mencionó que cuentan con una Junta Directiva Internacional que tiene el apoyo del Taos Institute con sede en Estados Unidos, y tiene también un programa de doctorado que se desarrolla en Europa. Añadió que la Junta Directiva la integran psicólogos de todo el mundo.
Por otra parte, la directora de QUIRA aseguró que en Colombia existe una cultura por la paz, así como el interés de luchar por la transformación social, pero subrayó que “esta cultura por la paz se desenvuelve dentro de una terrible resistencia y posturas muy guerreristas”.