Carlos Prieto presentó su libro Memorias de un violonchelo ante un auditorio colmado por melómanos de todas las edades, quienes experimentaron un gusto doble, ya que el reconocido violonchelista conversó con ellos y posteriormente interpretó tres de sus piezas favoritas con su acompañante desde hace 34 años: Chelo Prieto.

         El músico agradeció la invitación a la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) de la Universidad Veracruzana (UV), y expresó su alegría de regresar “a esta tierra en la que he estado varias veces desde hace muchos años; sobre el libro puedo decirles que empecé a encontrar cosas tan interesantes que me convertí en un detective investigando la historia del instrumento”, que nació en 1720 en la laudería de Antonio Stradivarius.

El libro está dividido en tres partes: la primera es una historia de la laudería; la segunda, es su biografía, que incluye datos de la vida del músico; la tercera, es una breve semblanza de la música desde 1700 hasta el siglo XXI, que contiene la gran cantidad de obras que ha estrenado el maestro Prieto.

Relató que el violonchelo escapó de los nazis gracias a Francesco Mendelssohn, descendiente del compositor Félix Mendelssohn; lo llevó oculto en una lona vieja sobre una bicicleta por la frontera suiza hacia Basilea, de ahí llegó a Nueva York.

         Jorge Vázquez Pacheco, periodista y especialista en música, calificó al ejecutante como el más insigne violonchelista de México, quien se caracteriza por ser uno de los escasos músicos que estudian no sólo su instrumento sino su historia.

         El público también interactuó con el chelista, quien contestó algunas de sus preguntas respecto del instrumento: cómo se habían conocido y cuál era su valor. Las respuestas, relatadas siempre a manera de anécdota por el chelista, provocaron las risas entre el auditorio.

         Comentó además que en un encuentro con el reconocido ejecutante Yo-Yo Ma, éste le pidió que después de tocar juntos dejaran ambos instrumentos cerca, ya que la magia estaba presente y podrían tener “chelitos”.

         Nombrar a su instrumento Chelo Prieto fue una idea de su esposa, precisó, para resolver las dificultades que tenía al viajar en avión con el chelo, fue así que al comprarle boleto de pasajero sugirió nombrarle Chelo Prieto, que en algunos países es conocida como Miss Chelo Prieto.

         Posterior a la interpretación de tres piezas de Bach para violonchelo solo, Carlos Prieto contó que Stradivarius sólo construyó 60 instrumentos de los cuales sobreviven en la actualidad 20 en buenas condiciones, “y éste es uno de ellos”.

         Este viernes 3 de mayo, a las 19:00 horas, en el foro al aire de la Casa del Lago, Carlos Prieto participará como solista en el concierto que ofrecerá la Orquesta Sinfónica de Xalapa.

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