A la 1:24 horas de la madrugada del 26 de abril de 1986, comenzó el peor accidente nuclear de la humanidad: El reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbyl estalló por una combinación de fallos técnicos y humanos, esparciendo al aire 200 toneladas de material radiactivo –entre unas 100 y 500 bombas como la de Hiroshima arrojada en 1945–. La nube tóxica se extendió por media Europa, especialmente Ucrania, Bielorrusia y Rusia, matando a miles de personas en los meses siguientes.
Ese 26 de abril el personal de la planta nucleoeléctrica inició un experimento con el reactor IV para saber por cuanto tiempo las turibinas podrían abastecer el sistema de refrigeración, si fallara la energía exterior.
A la par de esto se redujo el flujo de agua en el reactor y su potencia se multiplicó por 120; en pocos segundos la temperatura del núcleo se incremento por arriba de los 2,300 gracos centígrados (cerca de la mitad de la temperatura superficial del Sol, que oscila en los 5,505°C).
Las condiciones estaban dadas para que ocurriese la conflagración: A la 1:23:48, hora de Chernóbyl, el sobrecalentamiento provocó que el hidrógeno del interior del reactor provocase la primera explosión, que lanzó al aire la cubierta del reactor de mil toneladas de peso y tras el mismo la primera descarga de combustible y grafito.
Después vendría la segunda explosión, que desencadenó un incendió que duró 9 días.
El saldo inicial oficial fueron 31 personas muertas y el desalojo de 135,000 personas de la población vecina.
Además de quienes murieron en el instante, Ucrania calcula que a largo plazo la radiación provocó la muerte de 100,000 personas, mientras que algunas ONG’s elevan el número hasta los 200,000.
En lo inmediato, por la explosión directa, fallecieron otras 62 personas: 29 «liquidadores» que llegaron a la planta, 15 niños y adolescentes con cánce de tiroides y 19 personas no confirmadas.
Los liquidadores fueron los trabajadores civiles y miltares que llegaron para apagar el incendio y realizar trabajos de control y limpieza, así como iniciar la construcción del sarcófago de hormigón que selló el reactor reventado.
Después se conocerían los efectos por la radioactividad esparcidad por varios países de Europa central y septentrional.
La nube tóxica radioactiva avanzó sobre Bielorrusia, Escandinavia, Europa central (principalmente Austria y Alemania) y el Reino Unido.
Las partículas de mayor dimensión quedaron en un radio de 100 kilómetros alrededor de la planta.
Con el tiempo se perdieron 784,320 hectáreas de cúltivos y aproximadamente 6 toneladas de dióxido de uranio fueron cayendo sobre cerca de 2,300 poblados de 12 regiones de Ucrania.
Tras el accidente de Chernóbil, el mar Báltico y el mar Negro resultaron contaminados por 90Sr, 134Cs, 137Cs y 239,240Pu. Las dosis más elevadas de radiación fueron recibidas por los habitantes de la zona del mar Báltico. El origen del estudio se debe a que en la actualidad existen estudios muy profundos sobre el comportamiento del cesio, pero se sabe menos sobre los mecanismos físicos de deposición del yodo.
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