Científicas de Brasil, Chile y Argentina, que participaron en el Séptimo Minisimposium Internacional “Remoción de contaminantes de agua, atmósfera y suelos” que se realizó en la Universidad Veracruzana, tras exponer sus estudios e investigaciones coincidieron en que las acciones de recuperación, restauración o conservación del medio ambiente tienen que ir acompañadas de la sensibilización de la sociedad para el cuidado de los recursos naturales.

Irina Salgado Bernal, profesora de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana, Cuba –quien desarrolla su doctorado en la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México–, comentó que para nadie es un secreto que la contaminación de las aguas es uno de los mayores problemas ambientales actuales.

Explicó que hay varios tipos de contaminación, como la física, química y biológica. “Yo fundamentalmente trabajo contaminación química. Ahí es amplia la contaminación por materia orgánica, metales pesados. En Cuba se ven estos niveles de contaminación por cromo, plomo, mercurio, zinc. Aquí en México también he escuchado que hay niveles de contaminación por metales. Yo creo que la incidencia es alta en el mundo, de manera general, en unos país más que en otros”.

Comentó que la comunidad científica sí se ha ocupado de la remediación de las aguas contaminadas y que los estudios más avanzados al respecto se han originado en Europa; sin embargo, en países latinoamericanos como Brasil y México también están trabajando en alternativas. “Los países en vías de desarrollo van un poquito más lento por las tecnologías que presentamos”.

No obstante, debe hacerse más “porque la conciencia aún no es suficiente, sobre todo a nivel de la población. Falta mucho. Las personas utilizan lo que tienen, malgastan el agua y el resto de los recursos, sin pensar en que mañana esos recursos no van a estar”.

Destacó que uno de los problemas de la comunidad científica latinoamericana es trabajar con escasos recursos financieros. Por tal motivo, estudian nuevas alternativas que no impliquen mucha infraestructura o presupuesto.

Precisamente Irina Salgado trabaja con agentes biológicos de biorremediación, que es el  uso de sistemas biológicos –plantas, microorganismos– para tratar de remover los contaminantes.

 

Argentina

Amalia Panizza, investigadora de la Universidad de Belgrano y docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, participó con la problemática relacionada con la fito-extracción de metales, una de las técnicas que se utiliza para remediar distintas matrices contaminadas, como el suelo o el agua.

         Mencionó que en la temática ambiental en general “falta sensibilización de la ciudadanía” y lamentó que en muchos casos la sociedad no esté informada al respecto, lo que evite que le den a los recursos naturales el valor que realmente tienen.

         “Para mí hay algo muy importante, que es la interacción entre las autoridades y el sector universitario. Yo creo que eso es como la clave, no sólo en este tema –en referencia a la fito-remediación– sino en general. Porque por un lado, la universidad es una de las fuentes de producción de conocimiento y, por otro, el sector político o de autoridades son quienes toman las decisiones.”

 

Brasil

Tania Tavares, de la Universidad Federal de Bahía, Brasil, coincidió con sus compañeras. La brasileña presentó su trabajo de investigación que consiste en la aplicación de neblina activada para reducción de gases u olores.

Esta innovación en Brasil la han aplicado en un aterro sanitario (depósito de residuos sólidos urbanos) y hospital, y en Alemania en una hacienda de cerdos y una planta de compostaje.

“He desarrollado, junto con los alemanes, una técnica para reducción de olor, gases, compuestos químicos que tienen olor, bacterias de hongos de un aterro sanitario en Salvador, Bahía de Brasil. El sistema es de bajo costo, versátil, simple, no tiene residuos y ha sido una eficiencia de cerca de 93 a 95 por ciento de reducción de olor, de bacterias de hongos.”

Subrayó que la técnica consiste en activar la neblina químicamente y se distribuye de manera semejante a un aire acondicionado para situaciones internas y para externas, por medio de un reactor o de ventilación.

“Creo que es una nueva tecnología que se va desarrollar y a la que pretendo dedicar más tiempo y energía científica. Existe un sinnúmero de aplicaciones, desde la industria hasta hospitales.”

En ese sentido, admitió que hay una gran potencia en la neblina que está siendo desaprovechada. “Es tan simple que creo que las personas no lo han aceptado, porque creen que es simple de más. Sin embargo, marca  toda una diferencia de las técnicas que están siendo aplicadas ahora”.

 

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