Cada año se publican alrededor de 2.5 millones de artículos científicos, indicó Jill Hawthorne, directora de Proyectos Internacionales de Wiley.
Durante una conferencia que dictó en el evento Entre Pares que se realizó en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), la especialista destacó que “el mercado de las publicaciones es muy competitivo, anualmente se publican 2.5 millones y cada año sigue creciendo, tanto el número de artículos como la cantidad de investigadores, a un ritmo aproximado de tres por ciento”.
Ante esta gran cantidad de artículos que se producen, “los investigadores tenemos que situarnos en el ecosistema digital y luchar por hacernos visibles (…) Hoy en día no basta con hacer artículos muy buenos y publicarlos, hay que promoverlos”.
La manera tradicional de darles difusión es en congresos y seminarios; no obstante, hoy en día las redes sociales juegan un papel fundamental para la difusión de los trabajos científicos e incrementar el impacto de una publicación, es decir, que el artículo consiga más vistas y sea más citado en otros trabajos.
“Las plataformas digitales de las editoriales gozan de una buena visibilidad, pero todos debemos incidir en la difusión de lo que publicamos, nadie puede contar mejor que el autor la historia de un proyecto de investigación”.
Además, la tendencia de consumo de información se ha modificado en los últimos años, actualmente muchas de las visitas que recibe la página de Wiley provienen de las redes sociales, subrayó Jill Hawthorne en este encuentro realizado por el Consorcio Nacional de Recursos de Información Científica y Tecnológica (Conricyt).
Comentó que promover los trabajos en las redes sociales ya se ha convertido en una práctica más habitual entre los investigadores, sobre todo entre los más jóvenes. De acuerdo con una encuesta realizada recientemente por la editorial a 949 investigadores de 79 países, en los últimos 12 meses, la mayoría de los autores encuestados (64 por ciento) ha promocionado su obra publicada en redes sociales.
Pero ¿cuáles son las mejores redes sociales para compartir el trabajo científico? Todas, desde Facebook y Twitter hasta las más especializadas como Academia.edu; entre más se comparta el texto, más oportunidades tiene de llegar a más investigadores, mencionó la especialista.
“Las redes sociales más especializadas representan una oportunidad para que los investigadores se conecten con sus pares y compartan experiencias, retos y dificultades, además para seguir artículos de su interés”.
Con las redes sociales, los investigadores también pueden fortalecer la difusión de su perfil académico, por lo tanto, sugirió tener una cuenta de tipo profesional y otra personal, para no mezclar fotos privadas o comentarios a título personal con las académicas.
Además de las redes sociales, los investigadores pueden crear blogs para hacer más visible su trabajo. Asimismo, pueden optimizar los motores de búsqueda de sus artículos, esto a través de palabras clave, las cuales entre más específicas sean es mucho mejor. Es recomendable que estas palabras se encuentren en el título, en el resumen, en los encabezados o subtítulos y en los recuadros o gráficos.
Esto es importante porque, de acuerdo con reportes de Google, los textos que se posicionan en los primeros lugares de una búsqueda tienen hasta 39 por ciento de probabilidades de que sean consultados.
Por los motivos ya expuestos, Jill Hawthorne —ante un auditorio de más de mil personas— recomendó a todos los investigadores dedicar un poco más de tiempo a las plataformas digitales y redes sociales para hacer más visible su trabajo.