Imaginemos la siguiente situación. Al haber menos horas de luz, aumenta la posibilidad de nevadas, de modo que los científicos son capaces de predecir la probabilidad de nieve en el suelo en función de la duración del día. Pero si en un periodo de diez años esa correlación disminuye un 30%, ya no será posible adelantarse a los acontecimientos, y esto repercute en la conservación de especies.
“A pesar de estos cambios –aparentemente importantes– hay especies que no parecen estar afectadas. Sin embargo, si al año siguiente baja un 1% más, podría no pasar nada según las estadísticas, pero en el campo observaríamos que el número de individuos de una especie en particular ha caído abruptamente y la población se extingue”, alerta a Sinc Carlos A. Botero, investigador colombiano en la Universidad del Estado de Carolina del Norte (EE UU).
La especie habrá alcanzado el punto de no retorno o punto de cambio –como prefiere definirlo Botero– a partir del cual las consecuencias son “inmediatas y drásticas”. Para identificar ese límite, su estudio, publicado esta semana en PNAS, ha permitido desarrollar un modelo que establece las respuestas evolutivas más probables ante diferentes escenarios de cambio ambiental (variación de temperaturas entre el día y la noche, las estaciones del año, e incluso las épocas glaciares e interglaciares).
“Existen zonas de adaptación en las que un solo tipo de respuesta, como por ejemplo, la plasticidad fenotípica –alteración del organismo en respuesta a una señal ambiental– tiende a ser seleccionada sobre todas las demás alternativas”, explica el investigador. No obstante, basándose en este marco teórico, el equipo de científicos exploró las posibles consecuencias de cambios en ciclos ambientales similares a los que están surgiendo por el cambio climático.
“¿Qué pasa cuando el mundo se vuelve más impredecible o cuando los cambios ambientales son más rápidos?”, se pregunta el autor principal. La respuesta está en parte en este nuevo modelo que recoge cómo algunas especies se adaptarán a los nuevos ciclos climáticos.
Cambios evolutivos para adaptarse
Aunque las especies se adapten a una gran mayoría de cambios climáticos, “algunas condiciones pueden llevar de manera dramática a la extinción a ciertas poblaciones”, advierte Botero. Estos puntos de cambio ocurren cuando la respuesta adaptativa al nuevo tipo de ciclo ambiental es diferente al tipo de estrategia que funcionaba mejor para la especie en el ciclo ambiental original.
El nuevo modelo es un primer paso hacia un mejor entendimiento del papel que la evolución desempeñará en un contexto de cambio. “Nos permite predecir cuándo la adaptación es probable y cuándo no, dependiendo de la historia natural y la composición genética de la especie en cuestión”, revela el investigador.
A través de esfuerzos colaborativos con biólogos de campo y especialistas en conservación, los científicos esperan aplicar el modelo en sistemas prácticos para planificar futuras medidas de mitigación y lucha contra el cambio climático.
Referencia bibliográfica:
Carlos A. Botero, Franz J. Weissing, Jonathan Wright, and Dustin R. Rubenstein. “Evolutionary tipping points in the capacity to adapt to environmental change” PNAS 24 de noviembre de 2014
(SINC)