Néstor Braunstein, psicólogo y psiquiatra argentino que emigró a México hace más de 30 años, presentó sus libros más recientes en la Universidad Veracruzana (UV), evento en el que declaró que en la clasificación oficial de las enfermedades mentales persiste una visión que encasilla a los individuos y se convierte en un sistema que beneficia a las asociaciones profesionales y compañías farmacéuticas.

Braunstein estuvo en la sala “Carlos Fuentes Lemus” de la USBI, y su visita formó parte de los festejos del 50 aniversario de la Facultad de Psicología campus Xalapa. Ahí, el especialista comentó que para cada sujeto que plantea un problema o se considera problemático, se busca en qué casillero se pondrá, se convierte en el aparato para encasillar las dificultades subjetivas.

“¿Quién no tiene dificultades subjetivas en su vida?”, ¿quién puede decir que es normal? Si justamente lo que nos caracteriza como seres humanos, y por efecto del lenguaje, es que somos todos diferentes y que es nuestra diferencia lo que hace ser quienes somos”, cuestionó.

El psicólogo detalló que el 18 de mayo de este año, en la ciudad de San Francisco fue publicada y difundida a nivel internacional la nueva edición del Manual de Diagnósticos y Estadísticas de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés); “yo estaba ahí, organizando con colegas de la escuela lacaniana de aquel lugar un coloquio para criticar ese acto esencial, decisivo en la Asociación Psiquiátrica Americana (APA)”.

El también asesor del consejo editorial de Siglo XXI Editores, enfatizó que “nuestra diferencia no puede ser arrasada por un razonamiento cognitivo, por una terapia conductual o por un medicamento que influya sobre los neurotransmisores o el funcionamiento cerebral; es nuestra singularidad, nuestra individualidad la que está en juego”.

Consideró además que la obra más importante que ha escrito, El inconsciente, la técnica y el discurso capitalista, apareció el año pasado, en la cual enuncia al discurso de los mercados como sucesor del discurso capitalista enunciado ya por Lacan.

Braunstein se sintió emocionado al regresar “a una ciudad tan ligada a mi presencia en México”, como también el hecho de ser recibido “por un hombre eminente, un veracruzano ejemplar, que es el doctor Rafael Velasco Fernández”, ex rector de la máxima casa de estudios estatal.

La UV fue la institución de educación superior que visitó a pocos meses de hacerse cargo de su puesto de psiquiatra en el hospital “Juan N. Navarro”, donde conoció al especialista veracruzano.

En esa época publicó los libros Psicología, ideología y ciencia y Psiquiatría, Teoría del Sujeto, Psicoanálisis (Hacia Lacan), a los cuales definió como “textos bisagra” que contienen en su subtítulo la orientación que siguieron sus posteriores publicaciones. En ese sentido se pronunció como “un epígono de Lacan y Freud, quienes son verdaderos creadores de linajes”.

Juan Capetillo Hernández, del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UV, comentó que en México a Braunstein se le asume como precursor de la postura de oposición al sistema clasificatorio psiquiátrico, que “exacerba el afán de encasillamiento de los seres humanos con fines de control y sometimiento de los cuerpos a los designios de la sociedad de los mercados”.

Este planteamiento aparece en sus obras, particularmente en Clasificar en psiquiatría, y da a Braunstein “el estatuto de fundador por la vía de la construcción de un texto pionero”, dijo el académico de la UV.

Capetillo Hernández reconoció que además es coordinador y escritor de un texto que ha tenido un impacto indiscutible en la formación de los psicólogos y otros profesionistas en América Latina, Psicología, ideología y ciencia, texto que representa un claro ejemplo de la importancia y trascendencia que puede tener un escrito en un contexto disciplinario y que incide sobre éste transformándolo.

La clasificación del DSM actual se traduce, según el médico argentino, en disparate clasificatorio, que genera consecuencias sobre la vida de la gente clasificada y engrosa las ganancias de las asociaciones profesionales y de la industria farmacéutica más exorbitantes, apuntó.

Pro otro lado, José Valenzuela Herrera, psiquiatra y director de la Clínica Carl Jung, recordó la época “cuando terminé mi residencia en psiquiatría. Busqué al doctor Néstor Braunstein porque fue una gran sorpresa leer este libro, evidentemente que los cuadros clínicos de psiquiatría no tienen sostén científico en un momento dado”.

El libro aborda temas, en seis capítulos, “de manera contundente, estremece al psiquiatra” y estimó: “Si todos quienes se están entrenando en la disciplina lo leyeran entrarían en gran cuestionamiento sobre su formación”.

La medicalización de la vida y la cultura, a la que hace mención la obra de Braunstein, es un tema bastante criticado en el campo y a sus especialistas, por ello planteó: “Me gustaría que todos los psiquiatras, de México y el mundo, leyeran este texto, que es tan corto, conmovedor y crítico”.

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