Sandra Isabel Jiménez Mateos
El 21 de enero de 2008 murió en Anchorage, Alaska, Marie Smith Jones y con ella falleció un importante tesoro: la lengua de los indios Eyak, de Alaska. Nació el 14 de mayo de 1918 en Cordova, Alaska.
Jones, era la jefa de esta tribu de la costa del Pacífico sur de Alaska y la última persona que hablaba su lengua. La tierra ancestral de los eyak está situada en la parte central del sur de Alaska.
Como jefa de la tribu, la dirigió durante una ardua una batalla legal contra las grandes empresas madereras que talaban bosques en sus tierras ancestrales.
Marie Smith hablaba el idioma con fluidez y durante mucho tiempo luchó por preservarlo: ella quería dejar un registro escrito del idioma Eyak para que las futuras generaciones pudieran revivirlo y en ese sentido recibió la ayuda de la Universidad de Alaska, con la cual compiló un diccionario de la lengua. De hecho entre 2000 y 2005 se desarrolló el «Proyecto Lenguaje Eyak»
En la zona de Alaska y las islas Aleutianas viven alrededor de 66.390 nativos americanos, de los que sólo aproximadamente 14,800 hablan todavía algunos de sus idiomas originales, que pertenecen a cuatro grupos lingüísticos. Son cerca de otros 20 idiomas nativos de Alaska podrían correr la misma suerte.
También ella era la última eyak de pura sangre: Con su esposo, William F. Smith, un pescador blanco de Oregon, Marie Smith Jones tuvo nueve hijos, de los cuales al morir siete le sobrevivieron.
Pero ninguno de ellos aprendió el idioma materno porque crecieron en un momento en que sólo se consideraba correcto hablar inglés.
Según Michael Krauss, un lingüista y catedrático que trabajó con ella, el hecho de haber sido la última hablante de su idioma, durante cerca de 15 años, era para ella una responsabilidad trágica, que enfrentó con gran dignidad, gracia y espíritu.