Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México, en colaboración con un especialista del Centro de Visión por Computadora en Barcelona, España, han desarrollado tres prototipos tecnológicos: un bastón “virtual”, un cinturón vibratorio y unas gafas.
Los dos primeros podrán asistir a discapacitados visuales a fin de conocer la distancia a la que se encuentran los objetos. Ambos están en camino a ser probados con personas invidentes. El tercer prototipo en desarrollo son unas gafas capaces de detectar información no verbal usada en interacción social.
El bastón “virtual” funciona por medio de un smartphone al que se le acopla un apuntador láser. La cámara del teléfono encuentra el punto láser y calcula la distancia entre la persona y el objeto; esta información es proporcionada al usuario por medio de vibraciones, que incrementan de intensidad al disminuir la distancia al objeto, persona u obstáculo.
El cinturón estaría en posibilidades de alertar al usuario sobre los obstáculos a nivel de la cabeza, porque los invidentes en las calles chocan con objetos, por ejemplo ramas de árboles o cajas de aires acondicionados.
Respecto a las gafas, los investigadores buscan mejorarlas para reducir el problema de interacción social que tienen las personas con discapacidad visual, ya que de acuerdo a sus testimonios, sufren angustia y estrés porque al interactuar con otros humanos no saben si les prestan atención.
Al mismo tiempo, estas gafas podrían informar al usuario de la expresión facial o de los gestos con la cabeza de su interlocutor, y de este modo podrá imitarlas. Este proceso de reproducir los gestos no verbales del interlocutor esta conocido como ‘mirroring’ y el objetivo es incrementar el grado de cohesión y participación en la interacción social entre el invidente que será más participativo, y su interlocutor tendría una percepción de una interacción más auténtica.
El estudiante de posgrado Juan Ramón Terven, quien trabaja en el proyecto junto con Joaquín Salas, del Instituto Politécnico Nacional, explica que la idea es desarrollar dispositivos que superen el nivel de desempeño al bastón blanco, instrumento que permite a los ciegos a desplazarse en forma autónoma para detectar diferentes tipos de obstáculos.
Por su parte, Joaquín Salas, profesor del IPN, recuerda que después de informarse sobre un maratón que se realiza en Querétaro, y donde participan invidentes, se acercaron a una escuela para ciegos y platicaron sobre sus necesidades para desenvolverse mejor en la vida cotidiana, bajo estas premisas comenzaron el proyecto relacionado con movilidad e interacción social.
El cinturón vibratorio y las gafas
Respecto al cinturón vibratorio, Juan Ramon Terven detalla que el dispositivo está compuesto por un cinturón, un sensor conectado a una computadora pequeña de aproximadamente 10 centímetros por lado. El sistema es capaz de detectar los obstáculos y ver la distancia entre ellos. “Está conformado por un cinturón dotado de tres motores vibradores, que es la manera como se le proporciona la información al usuario (por medio de vibraciones), es decir, mientras más cerca están los objetos vibra de manera intensa”.
En cuanto a las gafas, la propuesta es determinar el grado de atención del interlocutor o la persona que tienen al frente al utilizar información de tipo no verbal como gestos o movimientos de cabeza, dirección de mirada y reconocimiento de expresiones faciales. Lo anterior lo propusieron los alumnos de la escuela de ciegos en Querétaro.
El hardware está compuesto por unas gafas, éstas tienen una cámara de alta definición conectada a una microcomputadora. Los investigadores trabajan en los algoritmos de visión artificial usando la cámara que detecta a las personas que hay en su entorno a fin de detectar sus movimientos faciales, hacia dónde voltea y determinar el grado de atención del interlocutor.
Bogdan Raducanu, investigador del Centro de Visión por Computadora en Barcelona, plática que un aspecto que les interesa en el análisis de la interacción social de las personas ciegas es la interpretación de los gestos y expresiones faciales. “No sólo es un tema de interés para las personas con discapacidad visual; otro segmento que se podría beneficiar, es el grupo que tienen autismo, un trastorno neurobiológico complejo, o personas con síndrome de Asperger, que tienen dificultad para entender el lenguaje verbal coloquial.
Hacerlo comercial
Los investigadores indican que los dispositivos han sido probados con alumnos de la escuela de débiles visuales en Querétaro. Ambos dispositivos han sido probados con estas personas y el resultado –señalan los especialistas- es prometedor porque los usuarios son capaces de percibir dónde están los obstáculos sin necesidad del bastón blanco.
También indican que lo van hacer más cómodo. Los han probado con adultos, de ser para niños, serían cuestión de ajustarlo, y prevén en un futuro comercializarlo.