Expertos brasileños y mexicanos unieron esfuerzos con el propósito de elaborar nanopartículas hechas de aleaciones de titanio-níquel utilizadas en el desarrollo de sensores térmicos y eléctricos que controlan el funcionamiento de dispositivos de alta tecnología, como los empleados en el sector aeroespacial, entre otros, comentó Enrique López Cuéllar, doctor de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), responsable del proyecto en México.
Las universidades federales de Campina Grande y Pernambuco, ambas en Brasil, fueron las encargadas de obtener por medios físicos la aleación metálica de titanio-níquel con memoria forma, (capacidad para regresar a su estado original tras ser deformadas). La UANL, por su parte, utilizó el insumo, fabricó las nanopartículas usadas en los sensores y tras una serie de pruebas comprobó la eficacia del titanio-níquel como conductor eléctrico y térmico.
La investigación se focalizó en darle otra utilidad a las aleaciones metálicas con memoria forma para elaborar nanopartículas, porque generalmente son usadas en la fabricación de dispositivos de otras industrias, como petroquímico, aeronáutico, biomédico, óptico y electrónico. El trabajo conjunto desarrolló y comprobó la eficacia de la combinación de titanio-níquel y cobre-zinc-aluminio.
Con las nanopartículas fabricaron unos dispositivos sensibles a la temperatura, los cuales transmiten la energía eléctrica necesaria para que el sistema no se sobrecaliente. Por lo que al llegar a los 50 grados centígrados, el sensor deja de dilatarse y entra en un estado de pausa; minutos más tarde, cuando regresa a su temperatura y tamaño normal vuele a activarse para controlar el funcionamiento de reguladores de válvulas, calderas o dispensadores de gas, explicó López Cuellar.
Los métodos de fabricación de las aleaciones son muy específicos, por lo que las universidades brasileñas se encargaron de obtenerlas mediante la fundición al alto vacío del titanio para que reaccione con el oxígeno. En general este proceso es caro, por ello la idea fue reducir costos con la aleación de titanio-níquel.
Después, para obtener las nanopartículas se usaron las técnicas de evaporación térmica donde se rompieron los enlaces moleculares de los metales que fueron degradados en forma de polvo que después fue recolectado de manera individual.
Además de generar las nanopartículas de los sensores, otro objetivo de la unión interuniversitaria, es formar recursos humanos de alto nivel en las áreas de la metalurgia de las aleaciones con memoria forma, la nanotecnología y el mejoramiento de la infraestructura con el fin de impactar en la producción científica y tecnológica de ambos países.
Finalmente para comprobar la eficacia del material, se creó una máquina especial en la cual se coloca el sensor entre dos puntos de contactos eléctricos, se le aplica y retira corriente eléctrica por cierto tiempo, con el propósito de determinar cuánto tarda en volver a su estado original.