Alerta especialista y agrega que no se debe dejar de ingerir alimentos por más de seis horas y preferentemente realizar cinco alimentos al día.
Tan malo es comer mucho como dejar de hacerlo, sobre todo en una persona con diabetes, pues la sobrealimentación eleva de manera importante la glucosa sanguínea y la falta de comida la reduce, es decir, se suscita la llamada hipoglucemia.
Así lo explica la nutrióloga y psicoterapeuta Luisa Maya Funes. «Cualquiera de los dos extremos trae consecuencias negativas para la salud, más aún si la persona padece diabetes y se alimenta compulsivamente o deja de hacerlo. El problema puede derivar por igual en falta de nutrientes o en obesidad».
Añade que quienes comen de manera compulsiva generalmente canalizan su ansiedad y estrés hacia la comida, conducta aprendida a lo largo de su vida. «Para comprender tal situación consideremos que el ser humano, desde su nacimiento, se vincula a su madre por medio del alimento, después durante la etapa preescolar se comienza a premiar al chico con golosinas si se porta bien, cumple con sus tareas y guarda los juguetes, acciones que ocasionan que se genere en el menor la idea de que cualquier necesidad, apoyo o recompensa tiene que ser cubierta mediante la comida».
Sin embargo, hay individuos que cuando están estresados, ansiosos o deprimidos dejan de comer porque el alimento les provoca repugnancia, lo que puede ocasionar que en pocos días pierdan hasta cinco kilos de peso. “El cuerpo transforma los alimentos en energía necesaria para su funcionamiento; si las personas dejan de comer las células quedan sin ésta, lo que puede producir una sensación de cansancio o debilidad e, incluso, desmayos y hasta inconciencia”.
La doctora Maya Funes, colaboradora del Hospital Ángeles Lomas de la Ciudad de México, enfatiza en lo importante que resulta que todas las personas, sobretodo quienes viven con diabetes, no omitan ningún alimento y en lo posible procuren que las comidas se realicen a la misma hora.
Una alimentación adecuada consta de desayuno, comida y cena, los cuales deben incluir proteínas, grasas y carbohidratos de manera equilibrada, además resulta imperante vigilar el consumo de hidratos de carbono (provenientes de azucares y harinas), ya que elevan los niveles de glucosa en sangre, poniendo en riesgo la salud del paciente.
Entre cada una de estas comidas puede tomarse una colación de fruta, yogurt light, galleta sin azúcar o integral, nueces o almendras, lo que ayudará a sentir saciedad y a no dejar desnutridas a las células del cuerpo.
La especialista agrega que si bien lo ideal es desayunar inmediatamente después de levantarnos, a mucha gente no le queda otro remedio que hacerlo fuera del hogar, lo cual dificulta mantener dieta equilibrada, ya que se tiende a consumir productos que únicamente aportan calorías vacías. Particularizó en el hecho de consumir pastelillos, galletas o golosinas, los cuales favorecen el incremento de peso.
La doctora Maya Funes enfatiza en que los pacientes con diabetes no deben dejar de comer por más de seis horas y realizar preferentemente cinco alimentos al día. “Si una persona cena, por ejemplo, a las 22:30 horas y vuelve a comer hasta las 14:00 o 15:00 horas del día siguiente, y toda la mañana bebe café, está forzando a su organismo a trabajar, haciéndolo susceptible a padecer gastritis”.
De manera que si usted desayuna una quesadilla asada, que se puede preparar rápidamente antes de salir de casa, se consume fibra y vitaminas (contenidas en la tortilla), así como calcio, proteína y sales minerales a través del queso, que bien puede ser fresco, como panela, de cabra, cottage o requesón, pues son bajos en grasas. Asimismo, el café, golosinas o pastelillos mañaneros se pueden sustituir por una fruta (manzana, durazno o pera) que aporta vitaminas, fibra y agua.
El hecho de que algunos especialistas médicos señalen al desayuno como el alimento más importante tiene como base que es el primer proveedor de energía del cuerpo del día, a fin de que pueda llevar a cabo las actividades que corresponden a la mañana; pero si no se desayuna hay escasez de glucosa en el cerebro y, por ende, falta de concentración en las tareas que se efectúan.
Finalmente, la cena debe ser más ligera, sobre todo si en la comida se ingirieron carnes rojas, alimentos condimentados o con mucha grasa, los cuales ocasionan que el proceso de digestión dure entre dos y cuatro horas, que la energía acumulada no se gaste e, incluso, que se presenten problemas para dormir.
(Agencia ID/Raúl Serrano)