La disciplina, el trabajo y una cuestión de suerte han hecho posible el trabajo de reconocimiento geográfico que ha realizado Alfred H. Siemens, profesor emérito de la Universidad de Columbia Británica, Canadá, a lo largo de más de 40 años en el sur de nuestro país.

Así lo reconoció él mismo al participar como ponente en el XXX Encuentro Nacional de Estudiantes de Geografía (ENEG), organizado por la Facultad de Geografía y Economía de la Universidad Veracruzana (UV).

“Qué tanto se revela del paisaje desde arriba, es una labor que conlleva cuidado y disciplina”, dijo, “a veces es casi una cuestión de suerte”.

Explicó que sus primeros intentos de volar y tomar fotos iniciaron en 1962 sobre Veracruz, en particular alrededor de una pequeña comunidad llamada La Magdalena, integrada por migrantes de otras regiones del país que buscaban establecerse ahí “y ganar un pedazo de terreno a la selva”.

La palabra deforestar no se utilizaba, advirtió, por el contrario, se usaba un lenguaje positivo, “decían ‘vamos a aclarar el terreno’, a ganarle al bosque para que nuestros hijos tengan una vida mejor; todo el pionerismo que ocurrió en las décadas de los cuarenta y cincuenta fue así, mientras que ahora pensamos en él como algo negativo, así empezaba una gran deforestación pero en esa época no era visto así”.

Siemens, autor de numerosos libros sobre la geografía veracruzana y que en la actualidad están agotados, subrayó: “Las discusiones con los hombres y las mujeres de esas comunidades fueron formativas para mí, provenientes de quienes vivían una vida difícil pero de respeto, qué manera de ver el paisaje, y el proceso fue muy diferente al que vemos hoy en día”.

A la fecha ese mismo paisaje está deforestado, reconoció, “y la gente está pensando tristemente, ‘en nuestra selva de antes, ya no tenemos nada’, han pagado ese precio y si pensamos en un fenómeno importantísimo de hoy en día es lo que ha pasado con los bosques”.

En su libro Tierra configurada, expresó Siemens, pudo mostrar los trabajos de campo realizados en la entidad veracruzana, así como los vuelos de reconocimiento en los cuales tomó fotografías que evidenciaban el trazo de canales de riego en la época prehispánica.

Posteriormente se trasladó al sur de Campeche y a la región maya, donde continuó con la fotografía aérea, llegando al norte de Guatemala y documentó de la misma manera “la suerte que tienen los colonos que llegaban a esa zona”.

Ante los universitarios de varias regiones del país, precisó que el trabajo de reconocimiento aéreo “depende mucho de las circunstancias y de vez en cuando es casi una cuestión de suerte”, reveló, por ello es importante establecer “una disciplina que involucra la obtención de mapas detallados y su exhaustivo conocimiento, además de conocer y prever las condiciones climatológicas”, contar con un equipo fotográfico adecuado e incluso varias cámaras por si alguna de ellas falla.

Contó además que estos vuelos de reconocimiento han permitido observar complejos arquitectónicos y canales que no se perciben a simple vista en recorridos sobre terreno, incluso no son visibles durante todo el año sino en la temporada de lluvias, “cuando las tierras se inundan y dejan ver esos canales que datan de antes de su ocupación como terrenos de pastoreo o siembra”.

Se refirió a la serie de fotografías aéreas que ha tomado de la zona de los volcanes en Los Tuxtlas, en las cuales ha podido registrar la actividad volcánica y humana en los terrenos, incluso mencionó que a pesar de que en algunas se observa un dosel vegetal, es decir, una selva densa, “muchas veces hay actividad humana y pastoreo debajo; los biólogos se emocionan cuando ven las fotografías, pero en realidad la actividad humana está muy presente”.

Explicó a través de dichas imágenes la importancia de contar con una reserva de la biosfera que protege las zonas selváticas aledañas a la laguna de Catemaco y la costa.

Asimismo, habló de las posibilidades de realizar trabajos recepcionales con los universitarios, dado que de forma paralela a la costa existen numerosos emplazamientos prehispánicos que no han sido trabajados: “Ahí tienen, jóvenes, un buen tema de tesis, incluso si observan la correlación con las zonas de humedales y los canales que aparecen en las fotografías, tienen un buen tema para una tesis de doctorado”, concluyó.

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