El 12 de mayo fue decretado como el Día Mundial de la Fibromialgia y el Síndrome de la Fatiga Crónica, para conmemorar el nacimiento de la enfermera inglesa Florence Nightingale (El Cairo, 1820), quien padeció una enfermedad paralizante que la ató 50 años a una cama, sin que esto le impidiera fundar la primera escuela de enfermería del mundo.
La Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica son enfermedades desconsideradas ya que no manifiestan ningún marcador físico claro, con lo que su diagnóstico no es sencillo. Además quienes la sufren parece que deban ir demostrando su enfermedad públicamente para no ser “tachados” de farsantes.
La Fibromialgia y el síndrome de Fatiga Crónica afectan aproximadamente a un 3% de la población mundial y se encuentra como la tercera causa de consulta con los reumatólogos, después de la artritis y osteoartritis.
Pero aún con todo esto, el ser reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud requirio de un gran camino, tanto que apenas se logró en 1992. Aún así hoy es poco conocido en la población y mal entendido por los especialistas de la salud.
De hecho para que una persona tenga el diagnóstico correcto por esta enfermedad recorre en promedio a 7 especialistas durante un periodo de tres y cuatro años. Lo anterior debido a que se desconoce su etiología.
La Fibromialgia (FM) es un padecimiento, que afecta principalmente a mujeres (nueve de cada 10 casos) jovenes –el inicio de los síntomas suele ser entre los 20 y los 40 años de edad–, que se caracteriza por dolor generalizado en diferentes partes del cuerpo y agotamiento, así como con una variedad de otros síntomas.
A pesar de los numerosos estudios realizados y de las múltiples teorías en cuanto a la etiología actualmente se sigue sin conocer cuál es la causa de ese cuadro.
La fibromialgia no puede diagnosticarse mediante pruebas de laboratorio, pues los resultados de radiografías, análisis de sangre y biopsias musculares son normales, por tanto, el diagnóstico se basa en los antecedentes clínicos del paciente (dolor musculoesquelético generalizado, rigidez, parestesias, sueño no reparador y tendencia a cansarse con facilidad) y en una detallada exploración física.
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad compleja que afecta a los sistemas inmunitario, neurológico, cardiovascular y endocrino de las personas que lo padecen; es un trastorno caracterizado por una falta de fuerzas, cansancio o fatiga acentuada que se prolonga en el tiempo y que interfiere en las actividades cotidianas de la persona y que no mejora con el descanso, lo que provoca que los pacientes se vean obligados a reducir de forma significativa su actividad diaria.
Se desconoce el origen de esta enfermedad, que ocasiona una pérdida sustancial de concentración, intolerancia a la luz, al estrés emocional y a la actividad física. También puede comportar dolor muscular y en las articulaciones, sensibilidades químicas múltiples y una sensación de estado gripal permanente.
En fechas recientes la resonancia magnética funcional permitió observar que en los pacientes con fibromialgia , cuando se aplica un estímulo doloroso en una parte del cuerpo, el área del cerebro involucrada en la respuesta a ese estímulo es mayor, es decir, que se activan más neuronas, lo que explica que se sienta tanto dolor generalizado en el cuerpo y también haya problemas de concentración y de memoria.
Pese a su origen en el sistema nervioso central, esta no es una enfermedad neurodegenerativa -los enfermos no terminarán en silla de ruedas o encamados-, pero sí una dolencia que cursa en brotes u oscilaciones, épocas durante las cuales los pacientes sienten más dolor que en otras.
Debido a la inexistencia de una prueba específica para establecerla, esta tarda en diagnosticarse entre cinco y ocho años. Los enfermos se ven obligados a un peregrinaje por distintas consultas médicas y a pasar por diferentes especialistas hasta dar con el dictamen. Según datos del EPIFFAC, el primer estudio epidemiológico del impacto familiar y laboral de la Fibromialgia en España, ‘»las pacientes pueden tardar siete años en llegar al diagnóstico y pierden alrededor de 1,000 euros mensuales de poder adquisitivo'».
Como aseguran diferentes investigaciones, hasta el 90% de los afectados no están diagnosticados.