Este es el mapa del mundo que un equipo de investigación de la Escuela de Medicina de Harvard (EE UU) ha trazado sobre los lugares en donde los genes desnisovanos y neandertales probablemente afectan en la actualidad a la biología humana moderna.
Aunque todavía hay mucho por descubrir, los genes denisovanos pueden estar potencialmente relacionados con un sentido del olfato más agudo en Papúa Nueva Guinea y con las adaptaciones a gran altitud en los tibetanos, según las investigaciones recientes. Por otro lado, los genes neandertales encontrados en las personas de todo el mundo muy probablemente contribuyen a tener la piel y el cabello más fuertes.
El estudio propone además que los humanos modernos se cruzaron con los denisovanos alrededor de 100 generaciones después que los neandertales. «Hay ciertas clases de genes que los humanos modernos heredaron de los humanos arcaicos con los que se aparearon y que pueden haber ayudado a los humanos modernos a adaptarse a los nuevos entornos en los que llegaron», dice el autor principal del trabajo que publica la revista Current Biology, el genetista David Reich. «Por otro lado, hubo una selección negativa para eliminar sistemáticamente la ascendencia que puede haber sido problemática de los humanos modernos”, añade.
Los investigadores recopilaron sus datos mediante la comparación de las secuencias de genes neandertales y denisovanos conocidos a través de más de 250 genomas de 120 poblaciones no africanas disponibles públicamente a través del Proyecto Genoma de la Fundación Simons.
La escala de colores del mapa no es lineal para permitir identificar los puntos de mayor saturación por las altas proporciones de genes denisovanos en Oceanía (color rojo brillante) y visualizar mejor en proporción el pico denisovano en Asia del Sur .