El tercer satélite Meteosat de Segunda Generación (MSG-3), el décimo de la familia Meteosat, despegó hoy con éxito desde el Puerto Espacial Europeo en Kurú (Guayana Francesa).
El satélite europeo está diseñado para tratar de mejorar las predicciones meteorológicas y fue lanzado con un cohete Ariane 5, que también transportaba un satélite de telecomunicaciones para servicios de internet, el EchoStar 17, con cobertura en Norteamérica, 6.100 kilogramos de peso y quince años de vida.
El primero en separarse del Ariane 5 fue el satélite estadounidense EchoStar, a los 27 minutos después del lanzamiento, mientras que el segundo en hacerlo fue el europeo MSG-3, 34 minutos después del despegue.
Hasta que no se produjeron las separaciones de sendos satélites no se oyeron aplausos de los ingenieros y responsables en el centro de operaciones y comunicaciones del Puerto Espacial Europeo.
De «buena noticia» y de «éxito» calificó esta misión Jean-Yves Le Gall, de Arianespace (que con éste hace su 207 lanzamiento).
MSG-3, es el tercero de los satélites de segunda generación -son cuatro- y será inyectado en una órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altitud sobre el ecuador.
Pesa unos 2.000 kilogramos, tiene una vida útil de unos siete años y sustituirá paulatinamente a Meteosat-8 -puesto en órbita en 2002-, mientras que convivirá en el espacio con Meteosat-9.
Estos satélites, según la Agencia Espacial Europea (ESA), han continuado «con éxito» el legado de los satélites meteorológicos operacionales, que comenzó con Meteosat-1 en 1977.
La familia de satélites MSG, cuyo contratista principal es Thales Alenia Space, es el resultado de la cooperación entre ESA y la Organización Europea para la Explotación de los Satélites Meteorológicos.
Estos satélites, comparados con sus predecesores, generan imágenes de la superficie terrestre mucho más nítidas en un mayor número de bandas espectrales, enviando 20 veces más información al doble de velocidad.
Así, MSG-3 tomará imágenes de alta resolución de Europa, del Atlántico Norte y de África una vez cada 15 minutos, suministrando datos fundamentales para el trabajo de los meteorólogos y de las agencias meteorológicas nacionales, entre ellas la española Aemet.
Además, será capaz de monitorizar el estado de la vegetación e identificar incendios forestales o tormentas de arena.
Su principal instrumento es la cámara Seviri, que toma imágenes de la superficie de la Tierra.
Estudiará la luz del Sol reflejada por la superficie de la Tierra y por las nubes, la temperatura de éstas, de la superficie de la Tierra y de los mares, y la radicación emitida por el vapor de agua, el dióxido de carbono y el ozono disuelto en la atmósfera.
Esta generación de satélites es capaz de monitorizar el tiempo con el detalle y la velocidad necesarias para predecir condiciones meteorológicas adversas con tan sólo unas pocas horas de antelación, según la ESA, que recuerda que esto permite enviar alertas de niebla a los aeropuertos o informar a las autoridades de las nevadas.
Las imágenes generadas por Seviri tienen muchas otras aplicaciones, entre ellas la monitorización del estado de la vegetación y la identificación de incendios forestales o tormentas de arena.
Sirve asimismo para alertar sobre nuevas erupciones volcánicas.
Además de la cámara, MSG-3 transporta el instrumento Gerb, que mide, entre otros parámetros, el calor emitido por la Tierra, y un sistema de búsqueda y salvamento.
Los satélites de segunda generación -el cuarto se lanzará en 2015- ya tienen continuidad.
Está previsto que el primer lanzamiento de la tercera generación -un total de seis- comience en 2018, informaron fuentes de Thales Alenia Space, que señalaron a Efe que España espera conseguir contratos por valor de 100 millones de euros (los cuatro satélites de segunda generación costaron unos 800 millones de euros sin lanzamiento y los contratos adjudicados a la industria española sumaron unos 45 millones).
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