El arte es belleza, pero también combate, denuncia y reivindicación de lo humano

El arte es creación, narrativa, deleite, belleza, deslumbramiento, pero también es testimonio, denuncia, combate, reivindicación, significado de humanidad y visión de futuro, aseguró el poeta chileno Juan Eduardo Esquivel Larrondo, quien presentará su libro Memorial el próximo viernes 7 de marzo a las 13:00 horas en el salón Azul de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV).

         Esquivel Larrondo aseguró que cualquier manifestación artística, además de su belleza, puede ser también un medio para recordarnos “que la posmodernidad no comienza con la sorprendente invasión cibernética, sino con el cruento aplastamiento del ideal del bien común en las diferentes regiones del mundo, para ponernos a competir e imponer el egoísmo, el derecho a la felicidad individual puesto por sobre la de los demás”.

         El poeta y académico cuya obra poética gira en torno a dos temas principales, los otros –sobre todo después de su pérdida– y su propia historia, aseguró que enterrar la felonía de las dictaduras y sus atrocidades con silencio, como quisieran actualmente quienes todavía las aceptan, sería hacernos cómplices y negar su consecuencia histórica y social. “Es en dejar testimonio de todo ello y hacernos recordar, donde la literatura, la plástica, las artes visuales, las escénicas, la artesanía y toda forma de creación y difusión de la cultura encuentran su tarea con sentido humano”.

         Poco acostumbrado a publicar su obra poética –según él mismo, publica sus obras no inmediatamente después de que las escribe sino cuando las reencuentra y las lee–, Juan Eduardo Esquivel sostiene que los poemas tienen alas, “los veo cuando vuelan, los leo cuando los reencuentro por ahí, generalmente entre otros papeles porque yo no escribo libros de poemas, éstos me acontecen de vez en cuando.

         “Al escribir poemas, se tornan independientes y son más del lector que del autor. Leer los poemas propios es la reinterpretación de una primera vez, de una primera voz. A veces, pueden gustarme, otras veces, me digo coloquialmente: ahí muere”.

         Dedicado “formalmente” a la academia, Juan Eduardo Esquivel aseguró que “la academia ha sido para mí la esfera de lo público y la poesía, de lo privado. Cuando menciono lo público me refiero a publicus, lo manifiesto, abierto a muchas personas; y cuando hablo de privado, apunto a privatus, a lo particular y autónomo, que está a la vista de pocos y se hace sin gran formalidad”.

         Aparentemente dispares, el poeta encuentra en la escritura y la academia vínculos profundos: “son dos lenguajes y dos caminos creativos que en mi vida se enriquecen mutuamente: si el intelecto no fuese imaginativo, plástico o, al revés, si las emociones no fuesen pegamento de las ideas, ambas se estancarían. La ciencia siempre se ha alimentado de metáforas, no sólo de hechos. A su vez, la poesía lo ha hecho de la intelección del lenguaje, porque si bien se nutre de vivencias, también es inteligencia inconsciente”.

Exiliado en México desde 1973, el poeta y académico dijo que tanto él como miles de exiliados políticos de diferentes países de Latinoamérica y de España le deben a México su generosa solidaridad y la oportunidad de rehacerse.

         Presentado en Santiago, Chile y la Ciudad de México en noviembre de 2013, el libro Memorial contiene un pequeño ensayo que le sirve al lector para decodificar poesía y una recapitulación de época y textos poéticos.

“En México llamó mucho la atención el instrumento y en Chile se le dio menos importancia a la forma y más a la poesía misma, tal vez porque en Chile es un lenguaje bastante acostumbrado, allá se levanta una piedra y aparece un poeta. En el plano personal, Memorial significa recapitulación, rememoración, una necesidad más allá del decir de la nostalgia”, dijo.

         La presentación del libro Memorial se llevará a cabo el próximo viernes 7 de marzo a las 13:00 horas en el salón Azul de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV), con la participación de Ester Hernández Palacios, José Luis Rivas y el autor.