Según un trabajo publicado en revista Nature Communications, el aumento de las temperaturas máximas más que el de las medias lo que provoca que la estación primaveral llegue antes. La fotosíntesis, que se produce sólo de día, y el metabolismo de las plantas se aceleran cuando sube la temperatura. Así pues, la subida de las temperaturas diurnas y por tanto las máximas es lo que más afecta a la actividad fenológica.
El equipo de investigación, liderado por un investigador del CREAF-CSIC, han utilizado datos de campo y datos de teledetección por satélite para probar esta relación. Esto ha permitido desarrollar un nuevo marco conceptual que mejora la predicción de los cambios que sufrirá la fenología de las plantas con el cambio climático.
Gracias a esta nueva aproximación, se ha podido comprobar que en Europa y en Estados Unidos la primavera biológica comienza entre cuatro y cinco días antes ahora que hace 30 años y que lo hace en respuesta sobre todo a las temperaturas máximas, no a las temperaturas medias o mínimas.
Los modelos actuales se basan únicamente en el aumento de las temperaturas medias y no tienen en cuenta otras variables importantes en el ciclo de vida de las plantas. «La variación de las temperaturas máximas y mínimas afectan muchos procesos biológicos relacionados con la fenología y deben tenerse en cuenta en este modelos. De hecho, a partir de esta constatación ahora incorporaremos las temperaturas máximas a los módulos de fenología de los modelos de funcionamiento del sistema terrestre», remarca Josep Peñuelas, director del equipo.
Alteración los ciclos biogeoquímicos y biológicos
El calentamiento del planeta y los cambios en la fenología modifican el balance de carbono. Por un lado, el aumento de las temperaturas máximas acelera el proceso de fijación de carbono atmosférico, ya que las temperaturas diurnas estimulan el proceso de la fotosíntesis y el crecimiento de las hojas.
Por otra parte, la subida de las temperaturas mínimas dificultaría la absorción de carbono porque las plantas acelerarían el proceso de respiración que hacen durante la noche (sin fotosíntesis) y gran parte del carbono absorbido retornaría a la atmósfera en forma de CO2.
Los ciclos biológicos de los organismos también son sensibles a los cambios en la fenología que está provocando el aumento de las temperaturas. «Por ejemplo, si la fenología primaveral se avanza de manera diferente por los diferentes organismos, la falta de sincronización podría repercutir en muchas de las interacciones que existen entre los organismos del ecosistema, por ejemplo entre planta y herbívoro, planta y polinizador, herbívoro y carnívoro, entre otros, y alterar de forma significativa las composiciones de las comunidades de organismos vivos», concluye Peñuelas.
Referencia bibliográfica:
Piao, S., Tan, et al. «Leaf onset in the northern hemisphere triggered by daytime temperature». Nature Communications, 6. 2015
(CREAF)