El Beagle, el barco en el que viajó Charles Darwin

El Beagle, el barco en el que viajó Charles Darwin


Robert Prescott, profesor en la Universidad de Saint Andrews (Escocia) y uno de los arqueólogos marinos más importantes del mundo, anunció el 16 de febrero de 2004 que había localizado los restos del «HMS Beagle», el legendario barco en el que el naturalista Charles Darwin navegó por el mundo para desarrollar su teoría de la evolución y que llevaba un siglo desaparecido.

El Beagle fue botado en 1820 en el astillero de Woolwich sobre el río Támesis. Era una goleta de 27 m de eslora armada con 10 cañones, uno de los tipos más corrientes que utilizaba la Royal Navy. Tras varios años en servicio, fue convertido en buque de investigación oceanográfica y puesto bajo el mando del capitán Robert Fitzroy. Así zarpó en 1831 con un equipo científico dirigido por Charles Darwin rumbo a Suramérica, concretamente a las Islas Galápagos. Tras su histórica singladura, el barco volvió al servicio de la Vigilancia Aduanera británica y se utilizó como patrullero en la costa de Essex. En 1870, cuando ya estaba en muy mal estado, fue adquirido en una subasta por un astillero de desguaces, Murray & Trainer, y después no se volvió a tener noticias suyas.

Los restos los localizó con la ayuda de potentes radares, en las profundidades del estuario del río Roach (costa sureste de Inglaterra), cerca de un embarcadero abandonado.

Todo lo que se sabía hasta ahora es que el navío, tras el histórico viaje de Darwin, pasó al Servicio de Aduanas de Inglaterra con el fin de perseguir a los contrabandistas en la costa del condado de Essex (sureste inglés).

Después de eso el buque estuvo anclado durante años en aguas del río Roach, donde varias familias de guardacostas hicieron de la nave su morada.

Algunos archivos históricos asientan que el bergantín se vendió en 1870 en subasta a unos comerciantes de chatarra locales, y a partir de entonces se le perdió la pista, para ser reencontrado en el 2004 por el académico de la Universidad de Saint Andrews.

Robert Prescott dijo que al explorar la zona encontraron juguetes rotos y trozos de cerámica que demuestran que el barco se convirtió en una casa.

El equipo de Prescott centró sus investigaciones en los restos de un puerto abandonado en el Río Roach, donde un potente radar captó la imagen de un navío muy similar en tamaño al «Beagle», el cual estaba enterrado bajo tres metros de fango.

«La parte superior del barco puede haberse perdido, pero queda la parte inferior y el casco», explicó el profesor, al subrayar la importancia histórica del descubrimiento, cuando anunció el mismo.

En esa ocasión, emocionado, también mencionó: «Y quién sabe los vestigios del viaje de Darwin que pueden continuar todavía allí abajo…».

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