Un nuevo estudio ha observado que el metilmercurio consumido durante el embarazo no tiene ningún efecto en el neurodesarrollo de los vástagos que viven en una región con un consumo bajo de pescado, a no ser que haya una predisposición genética.
Ahora bien, el trabajo, liderado por expertos del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), Alianza ISGlobal y la Facultad de Harvard de Salud Pública (EE UU), concluye que un 30% de los niños nacidos de las mujeres analizadas cuentan con este tipo de predisposición, dada a su vulnerabilidad a la toxicidad del mercurio.
Para poder extraer estos resultados, los investigadores contaron con 1.135 niños de ocho años de Bristol (Reino Unido) dado que es la edad «ideal» para realizar tests neuropsicológicos, junto con el análisis de este contaminante por medio de sus cordones umbilicales.
Según los autores, concretamente se ha medido el nivel de metilmercurio, «teniendo en cuenta que el 90% del mercurio que lleva el pescado es metilmercurio y es el más tóxico».
Por su parte, Jordi Julvez, investigador del CREAL y autor de este estudio, explica que «ahora estamos en una segunda fase de replicación de los datos con un total de 2.400 niños para confirmar las conclusiones».
Referencia bibliográfica:
Julvez J, Smith GD, Golding J, Ring S, Pourcain BS, Gonzalez JR, Grandjean P. Prenatal Methylmercury Exposure and Genetic Predisposition to Cognitive Deficit at Age 8 Years. Epidemiology 2013 Sep;24(5):643-650. PMID: 23903878