Un estudio desarrollado en la Universidad de Maryland, en Baltimore, mostró que el gen Foxp2 es determinante en la acción comunicativa de las especies, además de que el mismo marca diferencias sexuales.
El equipo dirigido por el psicólogo Michael J. Bowers y la neurocientífico Margaret McCarthy, de la Escuela de Medicina, de la Universidad de Maryland, en Baltimore, estudió la presencia de este gen en ratas y en seres humanos, encontrando que el mismo se encuentra en mayor cantidad en el sexo que ejerce mayor acción comunicativa.: los machos, en el caso de las ratas; las mujeres, en los seres humanos.
El trabajo se publicó en The Journal of Neuroscience y como parte del equipo estaba Miguel Pérez Poucholen, del Centro de Investigaciones Cerebrales de la UV, quien participó en el estudio como parte de su Doctorado en Neuroetología.
La creencia popular de que las niñas comienzan a hablar antes que los niños y con mayor congruencia, ahora se soporta con el estudio sobre el gen vinculado a la evolución de las vocalizaciones y el lenguaje, que muestra claras diferencias sexuales en su actividad, tanto en roedores como en humanos.
En el 2001 se descubrió el gen llamado FOXP2, el cual se ha observado desde entonces como esencial para la producción del habla y el lenguaje en el ser humano, y la producción vocal de las aves y los mamíferos.
En el estudio “FOXP2 Diferencias Sexuales que median en la vocalización ultrasónica de crías de rata para dirigir la orden de recuperación materna”, se apunta que los roedores se comunican a través de vocalizaciones ultrasónicas (USV, por sus siglas en ingles) y con este tipo de sonidos los cachorros recién nacidos emiten señales de socorro cuando se separan de sus madres, lo que facilita su recuperación.
El estudio consistió en separar a crías de ratas de 4 días de nacidos de sus madres, en grupos de cuatro, dos hembras y dos machos, y se observó que las ratas jóvenes emitían gritos ultrasónicos de frecuencia gama la más alta que los humanos pueden oír.
Los machos hacían sustancialmente más llamadas USV, el doble que las hembras, y estas se caracterizaban por una frecuencia de sonido más baja y una amplitud menor, en comparación con las crías de rata hembra. Ante estos llamados la madre recuperaba primero a los cachorros macho y luego a las hembras.
Inicialmente se pensó que la preferencia en la recuperación era por el numero de gritos emitidos.
En un primer momento se diseccionó a 16 cachorros, ocho machos y ocho hembras, encontrando que los ejemplares del sexo masculino tenían hasta el doble de la cantidad de proteína en las regiones del cerebro conocida por estar involucrada en la vocalización y otras funciones cognitivas, tales como la amígdala, la corteza cerebral y cerebelo, pero no mostró ninguna diferencia en las áreas del cerebro no ligadas a la vocalización, tales como el hipotálamo.
Para observar las diferencias se alteró la cantidad de Foxp2 en el cerebro de las crías, inyectando una hebra de ARN diseñado para bloquear parcialmente la actividad del gen en el cerebro de las ratas macho jóvenes, con lo cual emitieron menos gritos, comportándose más como las hembras, eliminando en consecuencia las diferencias de sexo, lo que provocó también una alteración en los llamados de USVs y en el orden de recuperación de las crías. Las madres llevaron al nido primero a las hembras que en esa circunstancia fueron las que hicieron llamadas más frecuentes.
Nuestros resultados, apuntan los autores, marcan a Foxp2 como un componente de las bases neurobiológicas que marca las diferencias sexuales en la comunicación vocal en mamíferos.
El resultado en los seres humanos
Por último, los investigadores realizaron un pequeño estudio en niños humanos de entre 4 y 5 años que murieron en accidentes de menos de 24 horas de antelación. En los cerebros de cinco varones y cinco mujeres, se analizó la cantidad de proteína FOXP2, que se ha relacionado con el lenguaje en los seres humanos. En contraste directo con las ratas, los investigadores encontraron la presencia de un 30% más proteína FOXP2 en los cerebros de las niñas, en comparación con los chicos.
El equipo concluyó que tanto en ratas como en humanos, lo que llama «el sexo más comunicativo» tiene niveles más altos de FOXP2, como era de esperar si el gen y su proteína juegan un papel importante en la capacidad de vocalizar.
«Este estudio es uno de los primeros en reportar una diferencia de sexo en la expresión de una proteína asociada al lenguaje en los seres humanos o los animales», dijo McCarthy. «Los hallazgos plantean la posibilidad de que las diferencias sexuales en el cerebro y el comportamiento son más penetrantes.»
j. Michael Bowers, Miguel Perez-Pouchoulen, N. Shalon Edwards, and Margaret M. Mccarthy. Foxp2 Mediates Sex Differences in Ultrasonic Vocalization by Rat Pups and Directs Order of Maternal Retrieval. The Journal of Neuroscience, February 20, 2013; Vol. 33, Issue 8:pages 3276 %u20133283 DOI: 10.1523/JNEUROSCI.0425-12.2013