La máxima velocidad documentada en caballos es 19 m/s, en galgos 18 m/s y en humanos, el jamaicano Usain Bolt ostenta el récord mundial con una marca de 12 m/s. El guepardo les gana a todos con creces, con una velocidad máxima documentada en cautividad y en línea recta de 29 m/s (104 km/h).
Ahora, científicos de la Universidad de Londres han desvelado los secretos de la rapidez de este animal cuando caza en libertad. Más que la velocidad puntual que alcanza en carrera, la clave está en su capacidad de aceleración y deceleración, y en su habilidad para maniobrar.
Según explica a SINC Alan Wilson, autor principal del trabajo publicado hoy en la revista Nature, las características anatómicas que permiten a este animal ser tan rápido son “unos músculos muy poderosos, unas fuertes garras que le proporcionan sujeción al suelo y una espalda muy flexible para mantener los pies en la tierra mientras maniobra”.
Para el estudio, los investigadores desarrollaron unos collares de rastreo que colocaron en cinco guepardos salvajes de Botsuana. El collar incluía un GPS y unidades para medir la fuerza de inercia. Todo ello se mantenía en funcionamiento con una batería recargable por células solares y retransmitía los datos por radio.
Gracias a este sistema pudieron medir por primera vez 367 carreras de guepardos en libertad durante la caza. La máxima velocidad registrada fue de 25,9 m/s (93 km/h), pero la media se queda en 14,9 m/s (50,4 km/h).
De cero a diez km/h en una zancada
Los valores de aceleración y deceleración doblaron los documentados en caballos de polo y fueron mucho mayores que los de los galgos al comienzo de la carrera. El guepardo es capaz de acelerar hasta 3 m/s (10 km/h) en una sola zancada y puede frenar en un solo paso hasta 4 m/s (14,4 km/h).
Gracias a la capacidad para desacelerar en una sola zancada, el guepardo consigue reducir su velocidad de forma brusca en plena carrera para realizar giros cerrados. Además, la flexibilidad de su espina dorsal y los movimientos de la cola le ayudan a aplicar las fuerzas adecuadas para optimizar las maniobras.
egún el estudio, la facilidad de maniobra y la capacidad de agarre al suelo son otros factores clave para no perder el ritmo en la carrera y así tener éxito en la caza. Unas patas rugosas y unas buenas garras no retractables permiten a los guepardos aferrarse al suelo mientras realizan cambios de dirección a alta velocidad.
Según los autores, la información sobre la resistencia, la agilidad, velocidad y la fisiología del aparato locomotor de los animales en las carreras, puede mejorar el conocimiento sobre las áreas preferidas para la caza o los riesgos de lesión según el terreno.
“Actualmente tenemos collares en leones, perros salvajes, y animales domésticos –explica Wilson–. El año que viene empezaremos a filmar la caza con un aeroplano ligero conducido por los datos del GPS del collar”.
Además, el conocimiento de las características de la carrera del guepardo ya está siendo utilizado en un proyecto en el que colaboran Wilson y su equipo para el desarrollo de robots inspirados en animales que corren a altas velocidades.
Referencia bibliográfica:
A. M. Wilson, J. C. Lowe, K. Roskilly, P. E. Hudson, K. A. Golabek y J. W. McNutt. “Locomotion dynamics of hunting in wild cheetahs” Nature, Junio 2013, doi:10.1038/nature1229