El patrimonio más importante de un museo, sus visitantes


El patrimonio más importante de un museo lo constituye sus visitantes, consideró el doctor Lauro Zavala Alvarado, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El académico adscrito al Departamento de Educación y Comunicación de la Unidad Xochimilco expuso que al ser –los museos– espacios de legitimización, tanto de las instituciones que los subvencionan, de las autoridades, las obras y piezas que exhiben, de los curadores y los mismos visitantes, entre otros, se descuidan los intereses de los visitantes potenciales.

“Hay más preocupación por los contenidos y la curaduría que por las experiencias del visitante”, para hacerlo sentir que “todo está diseñado para él”, precisó.

Al dictar la conferencia magistral Hacia el museo posmoderno: Elementos de un diálogo permanente –actividad convocada por la Coordinación de Extensión Universitaria de la Unidad Cuajimalpa de la UAM en el marco del Día Internacional de los Museos, refirió que la experiencia museografía debe resultar placentera, agradable, cálida, didáctica, lúdica y diversa.

El goce debe asociarse con el museo para generar experiencias  gratificantes; ser el impulso para el trabajo de aquellos que construyen, reconstruyen, piensan e imaginan nuevas posibilidades y realidades para los espacios museográficos. Por lo que la diversidad de goces es el mejor indicador de la vitalidad de los ámbitos museográficos, del concepto mismo del museo.

El doctor Zavala Alvarado indicó que un espacio museográfico es aquél que siempre es reconstruido por una mirada, un recorrido y una experiencia que lo hace posible, misma que debe materializarse en un goce intelectual, estético, físico o lúdico, para que el esfuerzo de la curaduría, la museografía y la experiencia de visita valga la pena.

“Los visitantes podemos desear que la experiencia de visita llegue a ser tan entrañable como trascendente, tan conmovedora como disfrutar una proyección cinematográfica, tan intensa como un ritual en el que estamos comprometidos, tan gratificante como un juego en el que estamos involucrados, y tan memorable como cualquier otra experiencia de aprendizaje, un viaje memorable o una conversación absorbente”, apuntó.

Cuando esto llegue a ocurrir de manera sistemática, vigorosa, entonces los museos ya no serán espacios de legitimación, sino de recreación, educación y comunicación.

“Los museos deben cumplir su vocación última, propiciar que lleguemos a experimentar y a observar la realidad cotidiana como si fuera un ritual de aprendizaje, con la seriedad que tiene el juego (para un niño), y que empecemos a vivir los simulacros que son los museos con la intensidad de una experiencia real”, añadió.

Cuando esto ocurra de manera sistemática, “entonces los museos –como los conocemos ahora- habrán desparecido, y serán sustituidos por las experiencias museográficas más genuinas, tal vez a expensas del museo como institución (o gracias a él)”.

Y “en ese momento habrá nacido el museo virtual. El museo virtual, en este contexto, no es el que existe sobre la pantalla de una computadora, sino el que existe en la experiencia de cada uno de nosotros al convertirnos en navegantes de nuestra propia imaginación”

El museo del futuro debe ser digital, virtual, con muchas opciones donde cada visitante encuentre lo que busca.

El doctor en literatura hispánica señaló que se carece de una tradición teórica sobre estudios de museos, hecho que se refleja en la falta de institutos de investigaciones museológicas en el mundo.

A diferencia del campo de la literatura que cuenta con 8,200 revistas con rigor académico a nivel internacional, sólo hay tres o cuatro publicaciones sobre museos.

(UAM)

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