Sandra Isabel Jiménez Mateos *
El gobierno federal reducirá una vez más los recursos para Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), según el monto asignado al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), plasmado en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2019.
El presupuesto para Ciencia, Tecnología e Innovaciónde 2019 tendrá un recorte de 6 mil 427 millones de pesos con respecto al del 2018, para pasar de 31 mil 091 millones aprobados para el 2018 a 24 mil 664 millones propuestos para el siguiente año, lo que representa una disminución de casi un 21 por ciento.
El día de su toma de posesión como Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su mensaje desde el zócalo de la Ciudad de México, donde planteó sus 100 puntos de gobierno, no mencionó apoyo alguno para la CTI.
Esto es un fuerte contraste a su vez con lo planteado para el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el cual recibirá un aumento de 56.1 por ciento.
En octubre pasado María Elena Álvarez-Buylla, la anterior directora de la dependencia, refirió que “el presupuesto para este sector era insuficiente” y que una de las tareas fundamentales que debía hacer era convencer a la nueva administración de la importancia en el corto, mediano y largo plazo de la ciencia.
Pero obviamente no lo consiguió.
El 22 de agosto de 2018 al entonces presidente electo de México, le entregaron el documento “Hacia la Consolidación y Desarrollo de Políticas Públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación. Objetivo estratégico para una política de Estado 2018-2024”, hecho con el análisis y reflexión colectiva de casi 100 instituciones académicas y empresariales.
En ese evento López Obrador dijo que “vamos a garantizar que la aportación en el presupuesto para CTI (Ciencia, Tecnología e Innovación) aumente y que, en el peor de los casos, se mantenga, pues vamos a enfrentar una situación difícil. Que nunca haya un presupuesto por debajo de la inflación. Ése es el compromiso”.
Durante su campaña electoral, AMLO mencionó que duplicaría la inversión en ciencia y tecnología de un 0.5% a un 1% del PIB.
Pero lo ofrecido no quedo plasmado en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2019.
Ese día el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Enrique Graue Wiechers recordó que la inversión en ciencia y tecnología ha sido “escasa e incierta”.
“Éste -señor Presidente electo, el CTI- es un sector que requiere de una visión a mediano y largo plazos, con un apoyo sostenido desde una política pública que le dé certidumbre y fortaleza, para que México pueda enfrentar los cambios vertiginosos del presente y aquellos que nos depara el futuro”, dijo.
En México se invierte un poco menos del 0.5 por ciento del PIB en CTI, cuando países como Israel utilizan hasta el 4.2 por ciento de su PIB, mientras que países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en promedio emplean el 2.34 por ciento.
Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) –por ejemplo-, lograron impulsar la ciencia y la tecnología en poco tiempo gracias a una política integradora con el desarrollo de la industria del conocimiento y los mercados.
El anterior presidente de la República, Enrique Peña Nieto, durante su campaña e incluso durante su primer año de gobierno, ofreció que para el impulso de la CTI se destinaría hasta el 1% del PIB.
Pero no fue así.
En promedio el gasto anual en CTI con EPN fue de .43% como proporción del PIB; es decir, menos de la mitad de lo que prometió.
Una vez en el Gobierno, Peña Nieto criticó en 2014 que el gasto en este ámbito sólo fuera de 0.4 por ciento y en efecto, informó que su Gobierno había logrado que creciera a 0.5 por ciento.
Más de ahí no pasó.
El 2017 hubo un recorte presupuestal al Conacyt que impactó en el número de becas y la transferencia de conocimiento al sector productivo.
Con Andrés Manuel López Obrador la tendencia a disminuir el presupuesto para CTI es de tal intensidad y consistencia que la actual directora de Conacyt, Elena Álvarez-Buylla Roces, llamó a la comunidad científica a ser “generosos con esta nación” y reflexionar si es posible que realicen su labor “con un poquito más de modestia y humildad”.
Para la nueva directora del Conacyt, el presupuesto que va a tener la dependencia es el “justo”, tanto que en una entrevista con La Jornada, afirmó: “nos vamos a regir por lo que es justo y por el principio de austeridad republicana”.
El Conacyt tras la aprobación respectiva en el Congreso de la Unión, se denominará Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías.
La propuesta “Hacia la Consolidación y Desarrollo de Políticas Públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación” entregada a López Obrador hace un recuento del gasto en investigación y desarrollo científico durante el sexenio de Peña Nieto y explica que en 2012 ascendió a 66 mil 720 millones de pesos, lo que representó 0.43 por ciento del PIB, con una contribución de los empresarios del 24.6 por ciento.
En 2017, indica el documento, la inversión pública apenas alcanzó el 0.5 por ciento del PIB y la participación privada no rebasó el 22 por ciento.
De acuerdo con el escrito el financiamiento en ciencia y tecnología debería ser, idealmente, un balance de 60 por ciento público y 40 por ciento privado “más sano que lo que sucede actualmente, donde el sector público aporta en la práctica 70 por ciento”.
El documento entregado a López Obrador plantea incrementar desde ya al 1 por ciento del PIB la inversión en el sector, para alcanzar en los próximos seis años el promedio de 2.4 por ciento de la OCDE.
“Será necesariamente el sector público el que estimule al privado para aumentar de manera constante y paulatina el porcentaje de su participación”, dice.
Pero ese porcentaje del PIB está muy lejos de ser alcanzado.
El gobierno de López Obrador no coincide con éste planteamiento.
- Investigadora académica del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), Universidad Veracruzana