Síndrome Genovese o Síndrome del Espectador- Wearbeard

Síndrome Genovese o Síndrome del Espectador- Wearbeard


 El 13 de marzo 1964 Catalina Genovese, de 28 años, fue apuñalada cerca de su apartamento en la ciudad de Nueva York. Los vecinos ignoraron sus gritos pidiendo ayuda durante los 35 minutos que duraron los tres ataques que sufrió.

Según la policía, más de 38 personas escucharon, y posiblemente vieron, al menos, uno de los ataques que sufrió Genovese. Nadie acudió en su ayuda o llamó a la policía. Solo lo hicieron después del tercer ataque, que acabó con su vida.

Esta exhibición de indiferencia colectiva provocó la cobertura de prensa sensacionalista, horrorizó a la nación, y promovió numerosos estudios psicológicos.

Uno de los estudios más famosos –realizado por los psicólogos sociales John Darley y Bibb Latané– llegó a la conclusión de que cuanto mayor sea el número de testigos en la escena de una emergencia o de un delito, menor será la probabilidad de que un individuo actúe. Esto es lo que en psicología se conoce como el Síndrome Genovese o el Efecto Espectador.

Los testigos entrevistados posteriormente dieron, en general, dos excusas para justificar su omisión: una fue el miedo y la otra el no querer involucrarse. Esto hizo que un capitán de policía se preguntase por qué alguien dudaría en tomar el teléfono y pedir ayuda desde la seguridad de su hogar.

La policía sostuvo que si les hubiera llamado después del primer ataque, Genovese probablemente habría sobrevivido a sus heridas, ya que un coche patrulla se encontraba a dos minutos de la escena del crimen en ese instante.

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