Elefantes al anochecer

Elefantes al anochecer


¿Cuál es el continente que reúne la mayor cantidad de animales de gran porte del planeta? África, por supuesto; pero no siempre fue así. La denominada megafauna, los mamíferos de gran porte que pesaban más de una tonelada, habitó todos los continentes. Y cumplía un rol fundamental en el medio ambiente, al esparcir las semillas de la flora de cada ecosistema donde estos animales vivían, por ejemplo, además de comer la vegetación y reciclar nutrientes con su material fecal.

Estaban los perezosos gigantes y los mastodontes en América del Sur, los mamuts en América del Norte, Asia y Europa, y parientes gigantes de los canguros, del tamaño de los hipopótamos, en Australia. Todos se extinguieron a partir de que entraron en contacto con el Homo sapiens.

¿Cuáles fueron las consecuencias de la repentina extinción de la megafauna? ¿Cómo saber si cuando la megafauna habitaba el Cerrado –la sabana brasileña– o el Bosque Atlántico, por ejemplo, esos biomas eran distintos? ¿La reintroducción de la megafauna constituiría una estrategia de conservación factible y eficiente?

Un trabajo de revisión elaborado por un grupo internacional de científicos, que acaba de salir publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), aporta un panorama de este tema, la denominada refaunación trófica.

Uno de los autores del trabajo es Mauro Galetti, coordinador del Programa de Posgrado en Ecología y Biodiversidad del Instituto de Biociencias de Rio Claro, dependiente de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), en Brasil. Galetti es también coordinador del Proyecto Temático FAPESP intitulado “Las consecuencias ecológicas de la defaunación en el Bosque Atlántico”.

“Se imagina que grandes mamíferos sólo existen o existieron en el África; pero elefantes, caballos, osos y otros animales habitaban casi todo el planeta. En Australia había lagartos y canguros gigantes. Las acciones humanas durante los últimos 50 mil años en Australia y los durante últimos 10 mil en América llevaron a la extinción de casi todos esos grandes mamíferos”, explicó Galetti.

“Los investigadores están arribando a la conclusión de que los grandes mamíferos tenían un papel fundamental en los ecosistemas y, probablemente, también en el clima de las áreas en que existían. Debido a ello, se ha sugerido reintroducir experimentalmente grandes mamíferos nuevamente en la naturaleza. No sólo en Brasil, sino también en otros lugares, tales como, Gran Bretaña, por ejemplo, una isla en la cual no hay en absoluto grandes mamíferos, pero donde ya hubo lobos, jabalíes y osos”, dijo.

La refaunación trófica, tal como explica Galetti, aborda la idea de la introducción de animales de gran porte responsables de funciones tróficas esenciales, cuyos nichos ecológicos dejaron de ocuparse debido a la extinción de la megafauna original.

De este modo, elefantes y caballos podrían ejercer en el Cerrado el papel que ya les cupo a los mastodontes, los perezosos gigantes y los gliptodontes (los armadillos gigantes) y las manadas de caballos y camellos americanos, todos extintos. “El Cerrado albergaba una impresionante fauna de grandes mamíferos hace poco más de 10 mil años, y el elefante actual es un sustituto del mamut de ayer”, dijo.

¿Dónde se ha puesto a prueba este experimento? “En pocos lugares aún, tales como Siberia y Holanda, donde se está concretando la refaunación científica de grandes mamíferos. Pero existe una corriente de científicos que cree que puede realizársela experimentalmente en todo el mundo. No consiste sencillamente en soltar elefantes en el Cerrado, sino en manejar grandes mamíferos en ambientes controlados para estudiar sus efectos”, dijo.

Galetti hace hincapié en que la refaunación trófica no debe hacerse en reservas biológicas, sino en áreas privadas y controladas y en lugares experimentales. “Las reservas biológicas deben quedar como están y no pueden utilizarse para este tipo de experimento”. La estrategia puede emplearse en áreas donde se desea implementar la conservación biológica. “No es para transformar una ya existente.”

 

Estudios en biomas brasileños

Según Galetti, el propio Pantanal constituye un gran experimento de refaunación. En ese bioma, además de la fauna silvestre, hay jabalíes, ganado y caballos salvajes.

“Mucha gente cree que a los jabalíes, a los que se los trajo y se los soltó hace alrededor de 200 años, debe removérselos del Pantanal pues son exóticos. Pero hemos demostrado que esos jabalíes son excelentes dispersores de semillas de muchas plantas en el Pantanal. Aunque debe hacerse la salvedad de que, cuando se la encuentra en alta densidad, la especie puede ser nociva para medio ambiente, como cualquier especie”, dijo.

Si bien en el Cerrado la refaunación trófica podría ocurrir únicamente en áreas pequeñas y experimentales, en el Bosque Atlántico el proceso debería hacerse con animales pequeños y en áreas restauradas, que se encuentran vacías debido a la caza, según el profesor de la Unesp.

Algunos proyectos de refaunación del Bosque Atlántico están concretándose en el Parque de Tijuca, en Río de Janeiro, con la reintroducción de agutíes y monos carayás. “Muchas especies de plantas dependen de los animales para dispersar sus semillas. Y el resultado es que los agutíes y los carayás están ayudando a muchas plantas en su dispersión”, dijo Galetti.

El investigador ya propuso la realización de un experimento de refaunación en áreas de Cerrado condenadas a la destrucción para el cultivo de soja. La idea era delimitar una pequeña área, instalar allí elefantes de zoológico y de circo y estudiar su acción como dispersores de semillas y comedores de plantas.

“No se trata sencillamente de soltar elefantes o caballos. Esas áreas de refaunación no serían parques naturales, no tendrían animales exóticos que podrían convertirse en invasores ni animales con enfermedades que pudiesen afectar a las especies nativas. Ya tenemos mucha información sobre el desastre que es soltar animales exóticos”, dijo.

La meta de la refaunación consistiría en aprender con el manejo de los animales cuál fue el papel de la extinción de la megafauna sobre el clima, el suelo, las existencias de carbono, sobre la restauración del ecosistema, la dispersión de semillas, el fuego, etc.

“El Cerrado poseía más animales con peso superior a una tonelada que África actualmente. ¿Cuáles fueron las consecuencias ecológicas de su desaparición? Nadie lo sabe. La mayoría de los investigadores cree que todo fue moldeado por el fuego o por el suelo”, complementa Galetti.

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