Entre el 1% y el 3% del Producto Interno Bruto global es el costo actual de los cambios que requerimos para enfrentar el cambio climático, lo cual es muchísimo dinero pero es menor que el costo que tendrán los impactos de este problema ambiental, afirmó el Premio Nobel de Química 1995 Mario Molina, durante la conferencia magistral que brindó en el marco del foro Cambio Climático: Riesgos, Adaptación y Mitigación, que se realizó en el Senado de la República.
El destacado científico sostuvo que entre dichos cambios y acciones se encuentran establecer un precio a las emisiones de carbono a través de un acuerdo internacional para que el mercado pueda encontrar las reducciones que sean más baratas; incrementar la inversión y desarrollo para abaratar las tecnologías en energía; consolidar la cooperación internacional para que los países más desarrollados ayuden a transferir tecnología a las naciones con menor desarrollo e implementar acciones ganar-ganar, como la reducción de nuestro consumo de energía.
Agregó que, en particular, las medidas para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero son: el mejoramiento en la eficiencia en el transporte, el incremento de las edificaciones eficientes, la sustitución de carbón por gas natural, la captura y almacenamiento de carbono, la implementación de mejores prácticas forestales y el impulso de las fuentes de energía renovables.
Importante reducir las emisiones de CO2
Llevar a cabo estas acciones es importante para estabilizar el aumento de la temperatura promedio del planeta, explicó Molina pues, en la Conferencia de la Partes 15 sobre Cambio Climático, celebrada en el 2009 en Copenhague, Dinamarca, se propuso mantener el aumento de la temperatura promedio de la superficie planetaria por debajo de los 2°C respecto a los niveles preindustriales mediante la reducción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Si bien en ese momento no se llegó a ningún acuerdo, puntualizó, este límite aún sigue siendo el objetivo. No obstante, explicó el químico, las proyecciones que se han hecho del incremento de la temperatura planetaria con base en la tendencia actual de emisión global y anual de dióxido de carbono (CO2, el principal gas responsable del efecto invernadero) muestran que no se podrá cumplir este objetivo.
De hecho, afirmó Molina, la temperatura promedio del planeta ya se incrementó en un 0.8 °C, de manera que para cumplir con el objetivo de los 2°C se tendría que reducir las emisiones de dicho gas para el año 2020 hasta en un 30% y en un 50% para el 2030, según lo señalan ciertas proyecciones.
“Es un reto enorme y no estamos tomando esas medidas […] Entonces ya es poco probable que la temperatura suba menos de dos grados”, lamentó el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Apuntó que dadas las incertidumbres que “reconocemos hay en la ciencia del cambio climático, es muy difícil de predecir cuánto cambiará la temperatura, pues depende de si hacemos o no cambios en la sociedad […] La sociedad debería de decidir qué hacer no viendo qué es lo más probable, sino considerando que hay entre un 10% y 30% de probabilidad de que ocurran desastres extraordinarios. Sí se pueden evitar los eventos catastróficos relacionados con este problema ambiental, ese es el consenso científico”, concluyó.
El foro Cambio Climático: Riesgos, Adaptación y Mitigación se organizó conjuntamente por el Senado de la República, la UNAM, la Academia Mexicana de Ciencias, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la National Academy of Sciences, la United Nations Foundation y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.