La capacidad de naturalización y la distribución de las plantas fuera de sus áreas nativas es objeto de estudio de los biólogos para poder determinar los lugares por los que se han distribuido y que factores han tenido que ver en ellos.
Ahora, un equipo internacional de investigadores con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado los lugares de expansión de las plantas exóticas y su procedencia a nivel global.
El estudio estadístico, publicado en Nature, se ha llevado a cabo empleando los datos de especies de plantas «naturalizadas» (establecidas).
Los investigadores han analizado los catálogos florísticos de 481 áreas continentales y 362 islas, y evaluado para cada especie y cada territorio si sus poblaciones son nativas o exóticas.
13.000 especies vegetales establecidas por el ser humano
Los datos generados por un total de 33 instituciones, entre ellos el Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC), señalan que el ser humano es responsable del establecimiento de más de 13.000 especies vegetales, lo que supone un 3% del total en todo el planeta.
América del Norte es el territorio que más especies ha acogido, con casi 6.000 especies de plantas naturalizadas, seguida de Europa con 4.000. En relación a su superficie, las islas del Pacífico muestran el mayor número de especies naturalizadas, lo que sugiere a los científicos que las islas podrían ser colonizadas más fácilmente que las masas continentales.
“Algunas zonas del hemisferio norte son los mayores donantes de especies naturalizadas en el resto del planeta, especialmente Europa y la zona no tropical de Asia”, señala en investigador del CSIC Mauricio Velayos.
Dentro de la iniciativa Global Naturalized Alien Flora, los investigadores han recopilado listas regionales de todas partes del mundo y han agrupado los datos en una base global denominada GloNAF.
En concreto, el proyecto Flora de Guinea Ecuatorial ha facilitado la información de un total de 2.785 especies y subespecies presentes en este país. “En las regiones tropicales es especialmente complejo establecer con seguridad si las especies son nativas o exóticas, ya que partimos de un nivel de información muy inferior al de otras regiones”, dice Velayos.
“Este era uno de los mayores retos del proyecto: poder inferir patrones globales desde datos bastante limitados”, aclara el investigador.
Unificar los nombres de las especies
Otro de los retos ha sido estandarizar y homogeneizar los nombres de las especies de plantas. “Hay grandes diferencias regionales en los nombres utilizados para las mismas especies en diferentes países”, afirma el investigador del Real Jardín Botánico Francisco Cabezas.
“Este hecho pone de relevancia que sigue siendo imprescindible el trabajo básico de catalogación de la diversidad vegetal del planeta en aras de poder desarrollar estudios de modelización y predicciones sólidas”, subraya Cabezas.
Los datos de este estudio podrían llegar a ser utilizados para predecir qué especies pueden convertirse en dominantes en una determinada región, lo que puede aportar un conocimiento clave para manejar la conservación de la naturaleza y las invasiones biológicas.
Referencia bibliográfica:
Mark van Kleunen et al. “Global exchange and accumulation of non-native plants”. Nature. DOI: 10.1038/nature14910
(SINC)