Es un mito que el bosque en la región del Cofre de Perote se extinga, declaró Enrique Trujillo Rosas, integrante del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, A.C. (CCMSS), al participar como invitado en el Instituto de Investigaciones Forestales (Inifor) de la Universidad Veracruzana (UV), donde presentó la ponencia “Programa de educación ambiental y restauración forestal en el Área Natural Protegida del Cofre de Perote”.
Trujillo Rosas, egresado de la Facultad de Biología UV, al ser cuestionado sobre la deforestación que sufre esta Área Natural Protegida (ANP) respondió: “Podría decirlo así, estoy a diario trabajando en el Cofre de Perote y es un mito que se está acabando el bosque, sí hay camiones que vemos con madera pero es parte de los aprovechamientos que hay alrededor del ANP”.
Comentó que en 1998 el ANP sufrió un incendio muy grande, sin embargo “me atrevo a decir que las autoridades nunca lo vieron y hasta 2009 el área seguía como quedó en aquel año y no había un proceso de restauración”, afirmó.
“Decimos que se está deforestando y no es así; el proceso que también ocurre, la regeneración, se está dando, mucho más que aquello que nosotros podemos llamar como reforestación pero habría que crear alternativas de coordinación interinstitucional.”
Señaló que la responsabilidad de la reforestación es reconocida por las instancias oficiales, pero no se hace efectiva en la realidad, “todos decimos que reforestamos sin embargo a veces no es cierto, lo vemos en la prensa, se cuestiona a muchas dependencias sobre sus alcances y éstos no existen”.
Comentó además que las personas que visitan la región no recorren por completo la zona, ya que después del poblado de Tembladeras “son pocos los que llegan, y por el contrario se dice que no hay empleo ni bosque pero la realidad es diferente”.
Trujillo Rosas enfatizó que los problemas que siguen existiendo son encabezados por la tala clandestina, que ocurre principalmente en la región de Ayahualulco, “sigue dándose, mucho, y es tala clandestina, como decimos crimen organizado, es tala organizada pero clandestina, muy bien respaldados por políticos y gente que los cuida”.
Por otro lado, detalló que el proceso de restauración contempla acciones integrales más allá de una reforestación, “no es llegar y plantar para decir que ya se restauró, tenemos que hacer obras que acomoden el material vegetal muerto, obras de brechas cortafuego para proteger los árboles, obras de conservación de suelos y podas forestales para protección contra incendios”.
Advirtió que existen visiones distintas del problema, por ello se hace necesario cambiar la percepción que tiene la sociedad en conjunto, “vemos de aquí hacia arriba a taladores, cuando ellos necesitan de materias productivas para mantener los bosques y nos ven desde allá arriba como que nosotros dependemos de ellos pero no los apoyamos con proyectos productivos para que se abastezcan del agua que se produce ahí”.