Fobos, la luna más grande de Marte, terminará por desintegrarse a causa de la cercanía que tiene con el planeta rojo y caer en el mismo.
Los surcos largos y poco profundos que recubren la superficie del satélite, son probables signos tempranos de la falla estructural que terminará por destruirlo.
Fobos orbita a sólo 6.000 kilómetros de la superficie de Marte, y está más cerca de su planeta que cualquier otra luna en el sistema solar. La gravedad de Marte está acercando a Fobos, la mayor de sus dos lunas, por cerca de 2 metros cada cien años, lo que puede provocar la colición del satélite con el planeta en unos 30 a 50 millones de años. «Creemos que Fobos ya ha empezado a fallar, y el primer signo de este fracaso es la producción de estos surcos», dijo Terry Hurford del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA ,en Greenbelt, Maryland.
Los hallazgos de Hurford y sus colegas se presentaron este 10 de noviembre 2015, en la reunión anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana, que se efectúa en National Harbor, Maryland.
Durante mucho tiempo se pensó que las ranuras de Fobos fueron provocadas por una gran colisión que generó el cráter Stickney, la cual fue tan poderoso, que casi provocó la fractura total de la luna. Más recientemente, se propusó que las ranuras pueden ser producidas por muchos impactos más pequeños de material expulsado de Marte.
Sin embargo, los científicos finalmente determinaron que las ranuras no irradian hacia fuera desde el cráter mismo, pero sí desde un punto focal cerca.
Pero el nuevo modelado por Hurford y sus colegas apoya la versión de que las ranuras son más como «estrías», que se producen a causa de la deformación de Phobos por la fuerza gravitatoria de Marte.
Es una fuerza de atracción similar a la que se presenta entre la Tierra y la Luna y que provoca en nuestro planeta el efecto de las mareas en los océanos y que provoca que tanto nuestro planeta como su satélite tenga una forma ligeramente alargada, como de huevo, en lugar ser perfectamente redondos.
Esta explicación de las ranuras de Fobos fue propuesta hace décadas, después de que la nave espacial Viking envió imágenes de Fobos a la Tierra. En ese momento, sin embargo, se pensaba que el satélite era lo suficientemente solido para que las llamadas “fuerzas de mareas” lo pudiesen afectar.
Hoy, en cambio, se plantea que el interior de Fobos podría ser una gran pila de escombros, que apenas puede mantenerse unida, rodeada por una capa de polvo regolito de unos 100 metros de espesor.
«Lo más gracioso del resultado es que se nota que Fobos tiene una especie de tejido exterior ligeramente cohesivo», dijo Erik Asphaug de la Escuela de la Tierra y la Exploración Espacial, de la Universidad Estatal de Arizona, en Tempe, y un co-investigador en el estudio.
Un interior como este puede distorsionar fácilmente porque tiene muy poca fuerza y la capa externa actúa para ajustar el interior. Los investigadores creen que la capa exterior de Fobos se comporta elásticamente y mantiene el estrés gravitatorio, pero es lo suficientemente débil que estas tensiones pueden causar que falle.
Todo esto significa que las fuerzas de marea que actúan sobre Fobos pueden producir más que suficiente estrés para fracturar la superficie. Las fracturas por estrés predichas por este modelo se alinean muy bien con las ranuras vistas en las imágenes de Fobos. Esta explicación también encaja con la observación de que algunas ranuras son más jóvenes que las demás, lo que sería el caso si el proceso que las crea está en curso.
Este caso también se puede repetir en Tritón, la luna de Neptuno, que también está cayendo lentamente hacia el interior y tiene una superficie similar fracturada.
El trabajo también tiene implicaciones para los planetas extrasolares, según los investigadores.
«No podemos imagen esos planetas lejanos para ver lo que está pasando, pero este trabajo puede ayudarnos a entender esos sistemas, porque cualquier tipo de planeta que cae en su estrella podría quedar desgarrado de la misma manera», dijo Hurford.