Un proyecto europeo denominado Practical Implementation of Coexistence in Europe (PRICE) ha realizado una serie de estudios que demuestran la efectividad de diversas prácticas para garantizar la coexistencia entre el maíz modificado genéticamente (MG) y el convencional. Estas prácticas evitan o reducen la polinización cruzada y, por tanto, se evita superar el umbral del 0,9% de presencia no deseada de maíz MG en campos convencionales. El 0,9% es el valor por encima del que un producto se debe etiquetar como MG, según la legislación actual.
En este estudio han participado investigadores de los centros del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de Mas Badia y de Cabrils, del departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya, así como investigadores de la Universidad de Girona –junto con 12 instituciones de investigación de 11 países de Europa–
El proyecto de investigación PRICE ha realizado una serie de seguimientos en parcelas de maíz modificado genéticamente y convencional en el Baix Empordà, aplicando las recomendaciones de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE).
En estos ensayos se ha evaluado la eficacia de las medidas de contención físicas, como son el uso de zonas tampón y la separación de las fechas de siembra, para inducir un decalaje en la floración.
Por otra parte, los ensayos de campo llevados a cabo en Alemania, la República Checa y Cataluña con maíz androestéril (no productor de polen), han mostrado que podría ser también una estrategia de contención biológica eficaz para asegurar la coexistencia. El proyecto concluye que, con estas medidas se evitaría la presencia accidental de maíz MG en campos convencionales, debida a la polinización cruzada.
Finalmente, en el transcurso del proyecto PRICE, también se ha desarrollado un nuevo método de muestreo simplificado, rápido y económicamente competitivo, que permitiría cuantificar la presencia de maíz MG en campos sembrados con maíz convencional.