Nación criminal, portada

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Los jóvenes son el sector más susceptible de involucrarse en actividades delictivas porque consideran que no tienen un futuro, principalmente aquellos que pertenecen a familias pobres, advirtió Héctor Domínguez Ruvalcaba, profesor e investigador de la Universidad de Texas, en Austin, durante la presentación en la Universidad Veracruzana (UV) de su libro Nación criminal. Narrativas del crimen organizado y del Estado mexicano,

Afirmó que si éstos participan en actividades como creación literaria, música, dibujo, pintura, o cualquiera vinculada al arte, es menos probable que delincan, pues en su experiencia si lo hacen es porque no tienen nada que perder ni nada que le dé sentido a su vida.

En Nación criminal. Narrativas del crimen organizado y del Estado mexicano, Héctor Domínguez sostiene que la criminalidad debe interpretarse a partir de la incompetencia del Estado y como forma de control social, pone al descubierto un México donde las leyes son irrealizables desde la invención misma del país.

Héctor Domínguez Ruvalcaba

Héctor Domínguez Ruvalcaba

“En esta obra narro la relación que ha habido entre el Estado mexicano y los grupos criminales desde el siglo XIX hasta el presente, para lo cual expongo una genealogía de la situación que vive el país en el mundo contemporáneo, basado en el estudio de producción cultural referida a este tema como novelas literarias, cine y obras de arte”, declaró el académico.

En su opinión, la relación del Estado mexicano con el crimen organizado es de simbiosis, ya que no existe diferencia entre criminales y policías o incluso militares en algunas regiones del país, y la percepción de la ciudadanía con respecto al gobierno es de terror, con el mismo miedo que se le tiene a cualquier delincuente.

El catedrático aseguró que en México se llegó a este punto debido a que la población ha tolerado la corrupción porque las leyes no han tenido arraigo en las conductas sociales; la desobediencia de la ley es parte del día a día, es la base de todos los problemas.

Héctor Domínguez mencionó que para modificar esta situación hay que cambiar la forma de pensar actual por una en la que se respeten los derechos humanos, y agregó que lo peor que la sociedad puede hacer en este momento es caer en el pesimismo.

El investigador aseveró que eliminar esta espiral de crimen y violencia que se vive en México es totalmente posible, prueba de ello son los movimientos sociales autónomos a nivel de barrio o comunidad que tratan de rescatar la vida de jóvenes mediante actividades culturales, ya que a partir de esto se ven cambios en la forma que la sociedad se integra y buscan solución a sus problemas.

El profesor compartió que en estos movimientos es loable ver a chicos del arte urbano que revitalizan sus barrios, o a mujeres que a través de la tragedia vivida por la muerte o desaparición de familiares se vuelven lideresas locales y abogan por el bien común.

Afirmó que conforme estas pequeñas acciones sean llevadas a cabo en más puntos del país, se verán grandes cambios que se reflejarán de manera positiva en la sociedad.

En la presentación del volumen, el escritor estuvo acompañado por Esther Hernández Palacios, directora general de Difusión Cultural; José Luis Martínez Suárez, director general del Área Académica de Humanidades, y Jorge Luis Solano Uscanga, catedrático de la Facultad de Antropología.

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