En México, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) tiene el objetivo de contribuir a la gestión sustentable de este recurso a través de la generación de conocimiento, desarrollo tecnológico, formación de recursos humanos e innovación.
Por dos años consecutivos (2014 y 2015), el instituto recibió el Premio iAgua como Mejor Centro de Investigación de Iberoamérica —un reconocimiento que otorga la Organización de Medios de Difusión Española— por su quehacer en la investigación, desarrollo e innovación para solucionar problemas del agua en el país.
El IMTA fue instaurado el 7 de agosto de 1986 por la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, ahora Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Próximo a cumplir tres décadas, el instituto ha realizado importantes aportaciones científicas y tecnológicas a favor de la sociedad.
Infraestructura
Conformado por más de 16 hectáreas, el instituto cuenta con centros de capacitación y 11 laboratorios enfocados en la investigación básica y aplicada, así como un Centro Nacional de Consulta para el Agua, en este último usuarios especializados y público en general puede tener acceso a información, base de datos y revistas especializadas.
Uno de los laboratorios de mayor tamaño en el instituto es el Laboratorio de Hidráulica Enzo Levi, lugar en el que se elaboran algunos de los modelos físicos a escala más importantes de las obras hidráulicas del país, como presas, vertederos, por mencionar algunos.
“En este laboratorio se realizan modelos matemáticos y se desarrollan modelos físicos reducidos de las obras hidráulicas. Esto nos permitirá saber, desde el proceso del diseño, cuáles son las variables, características y parámetros más importantes que deben tomarse en cuenta. Además, se desarrollan diferentes tecnologías que tienen que ver con la seguridad de presas y telemetría”, detalló Sergio Raúl Reynoso López, ingeniero industrial y de sistemas y coordinador de asesores de proyectos del IMTA.
Cada año, en este instituto se realizan alrededor de 230 proyectos de los cuales una cuarta parte corresponde a proyectos de investigación y desarrollo dirigidos a encontrar soluciones para la gestión sustentable del agua, en diversos aspectos como, por ejemplo, en el tratamiento de agua residual municipal y su reúso, sobre zonas que carecen de drenaje. “La idea es llevar los beneficios de la tecnología a la sociedad para que pueda aprovechar las ventajas de los desarrollos y la innovación”, señaló Reynoso López.
Entre otras aportaciones están la modernización en los sistemas de riego, mediante sistemas de información integrales para que los agricultores puedan manejar información en tiempo real para mejorar la productividad del agua en sus cosechas. El instituto, cuya ubicación se encuentra en Jiutepec, Morelos, además desarrolla tecnologías para el tratamiento de aguas residuales, técnicas para la detección y remoción de elementos nocivos, así como herramientas para medición del ciclo hidrológico.
Una aportación no menos importante es la elaboración del Atlas de vulnerabilidad hídrica de México ante el cambio climático, y cuya finalidad es ayudar, mediante información científica, a enfrentar los efectos del cambio climático. Actualmente se publicó una edición revisada con los nuevos escenarios de este fenómeno.
Innovación científica
De acuerdo con el ingeniero Reynoso López, muchos de los trabajos que realiza este centro de investigación son considerados pioneros en la materia, un ejemplo de ello es el proyecto que desarrolla actualmente Maricela Martínez Jiménez, investigadora del Laboratorio de Bioherbicidas del Departamento de Hidrobiología y Evaluación Ambiental, cuyo espacio se creó hace 20 años con el objetivo de desarrollar agentes de control de malezas acuáticas.
La doctora Martínez Jiménez ha investigado qué insectos y enfermedades de las plantas pueden ser utilizados para su control. En su laboratorio se han generado agentes específicos que pueden lograr un control sostenible y sustentable de varias especies de alto riesgo en México, tales como el lirio acuático o el carrizo gigante, plantas que “reducen notablemente más de seis veces el volumen de una presa, río o lago, por tanto, la disponibilidad de agua para consumo humano o riego disminuye”, explicó.
Esta técnica, desarrollada en México, ya cuenta con una patente y ha sido aplicada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, mundialmente conocida como FAO.
Conocimiento que trasciende
En la actualidad el IMTA cuenta con 30 patentes concedidas por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), ocho de ellas provienen de tecnología desarrollada en el Laboratorio Tecnológico de Aguas Residuales, en donde inicialmente se generan ideas para encontrar soluciones sustentables y factibles para abordar esta problemática.
“Para desarrollar e implementar tecnología apropiada para el tratamiento del agua residual, comenzamos con la caracterización de los efluentes municipales o industriales, después realizamos pruebas de tratabilidad en laboratorio, usando pequeñas proporciones del agua residual y aplicando diferentes métodos físico-químicos y biológicos. Una vez seleccionado el sistema de tratamiento lo escalamos y demostramos su factibilidad técnica a nivel planta piloto. Se realiza la optimización de los procesos y se seleccionan los valores de los parámetros de diseño de las plantas de tratamiento a escala real”, explicó Petia Mijaylova Nacheva, investigadora de la Coordinación de Tratamiento y Calidad del Agua.
Petia Mijaylova, quien llegó a México hace 24 años con la finalidad de contribuir a la consolidación de los laboratorios del IMTA y al desarrollo de tecnología para el tratamiento de aguas en el país, diseñó junto a sus colaboradores un reactor biológico de biomasa inmovilizada en cintas de polietileno para el tratamiento de aguas residuales. En convenio con una empresa mexicana se han instalado más de 60 módulos de esta tecnología en el país. Actualmente, la especialista en ingeniería ambiental desarrolla un prototipo para instalar esta tecnología en zonas con una población pequeña que no cuenta con plantas de tratamiento.
Sustentabilidad
Pese a que la investigación y el desarrollo de tecnología son pilar importante para la institución, el IMTA realiza proyectos sociales relacionados con el agua, y es que en palabras de Reynoso López, el recurso agua no es tema exclusivo para estas dos vertientes.
“El agua es principalmente un tema social, que tiene que ver con la población, por lo tanto es muy importante la perspectiva social. El IMTA trabaja para permear en la sociedad el tema de la gestión sustentable del recurso, esto como una manera más responsable de tratar el tema del agua como un recurso vital de seguridad nacional”, comentó.
“Hay un enfoque de trabajo directo con comunidades indígenas, mujeres, organizaciones sociales, las unidades y distritos de riego que para el caso de la producción de alimentos son un factor muy importante, pero también en los aspectos de las políticas públicas en que el instituto ha atendido una influencia en los tres niveles de gobierno: federal, de la mano con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), encargada de encabezar la política nacional en materia hídrica, así como con los gobiernos estatales y municipales”, continuó.
Para el ingeniero Sergio Raúl Reynoso López, los festejos por los 30 años de existencia del IMTA son una posibilidad de informar a la población el quehacer científico y tecnológico que realiza la institución, también, es una oportunidad para analizar su evolución durante todo este tiempo. Uno de los retos, dijo, es atender temas emergentes del agua y fortalecer los recursos humanos internos del sector hídrico.
“Hay muchos temas de investigación que implican retos en el mundo, como es la seguridad hídrica, el agua es un recurso de seguridad nacional. El instituto juega un papel importante en el sector porque hoy más que nunca las decisiones de política pública deben estar basadas en un soporte científico y técnico. Consideramos que el IMTA es el brazo tecnológico del sector agua”, concluyó.