La investigación científica mexicana se fortalece con la nueva generación de trabajos de estudiantes del Doctorado en Ciencias Biomédicas del Instituto de Investigaciones Médico-Biológicas (IIMB) de la Universidad Veracruzana (UV), que con el estímulo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el apoyo de académicos realizan trabajos en torno a enfermedades autoinmunes, metabólicas y dengue que han difundido en diversos foros del contexto nacional e internacional.

Ruy Pérez Tamayo, uno de los más renombrados científicos mexicanos, sostiene que el hombre que sabe más tiene mayores posibilidades de realizarse como ser humano y de ayudar a los otros, en contraste con el hombre que tiene más posesiones. “Esta diferencia es muy importante porque nuestra sociedad, la sociedad de consumo, se caracteriza por la frase “entre más tienes, más eres”, y yo pienso que en realidad “entre más sabes, más eres”, dijo el científico.

Desde hace siete décadas la UV ha impulsado el talento mexicano y en fechas recientes se han orientado los currículums hacia la investigación, conscientes que ésta debe ser básica en la formación de los estudiantes.

 

Catedráticos y servicio social: catapulta para el emprendimiento científico

El interés de los jóvenes que hoy integran el cuerpo de investigación del laboratorio del IIMB surgió a partir del servicio social que realizan ahí.

“Fue la interacción cotidiana con los investigadores la que me ayudó a conocer las oportunidades que existen en la investigación. Como químico clínico te cierras a que la clínica es tu única posibilidad para continuar; al estar aquí me enteré de los posgrados y de que están adscritos a los padrones de los posgrados de calidad, lo cual abre oportunidad para obtener becas”, comentó Irma Izaguirre Hernández, becaria del posgrado en Ciencias Biomédicas.

El hecho de contar con profesores con una visión hacia el crecimiento y la certificación de Conacyt, propició que Irma Yadira Izaguirre Hernández, Luis Alberto Sánchez Vargas, Karina Guadalupe Hernández Flores, Mathywz de Jesús Maldonado Rentería y Pablo Thomas Dupont conocieran las oportunidades que esta área de su campo laboral representa para ellos.

“El doctor Héctor Vivanco nos ha impulsado, siempre nos siembra ese interés en la investigación, me encantaban sus clases, explicaba a manera de que lo entendiéramos”, comentó Liliana Ruiz, egresada de Inmunología y actual aspirante de la beca de Conacyt para estudios de maestría.

En este punto coinciden sus compañeros de laboratorio: “Antes de sus clases con él no había pensado en hacer un doctorado”, expuso Pablo.

 

Los jóvenes investigadores

El trabajo en equipo ha sido clave para el desarrollo de sus investigaciones, algunos proyectos se realizan en colaboración con el Centro de Investigación en Micro y Nanotecnología, que elabora las nanopartículas que requieren los investigadores del IIMB. El laboratorio del instituto lleva a cabo la evaluación biológica al unir las nanopartículas a la base de polímeros con proteínas del virus del dengue.

Cada uno de los becarios trabaja una línea diferente de investigación para su tesis: Mathywz de Jesús es egresado de la carrera de Química Clínica y desarrolla el proyecto “Citocina producida por la familia de células Th17”, que servirá para la identificación de enfermedades autoinmunes.

El químico clínico Pablo Thomas investiga sobre “Evaluación y caracterización de poblaciones celulares productoras de interleucina 17” en pacientes con hepatitis autoinmune. Mientras que la egresada de la Facultad de Bioanálisis, Karina Guadalupe, trabaja en una “valuación de una versión neolítica de listeriolisina como molécula adyuvante para antígenos de dengue”.

Luis Alberto, quien también tiene estudios en Química Clínica, investiga la “Caracterización de la respuesta inmunológica en pacientes con enfermedad celiaca” (intolerancia a alimentos como el trigo, la cebada el centeno y la avena), enfermedad crónica que afecta principalmente a las mujeres –en México afecta a 0.6 por ciento de la población–. También hace un estudio relacionado con el síndrome del intestino irritable, en colaboración con el investigador del IIMB, José María Remes Troche.

Irma Yadira lleva a cabo un estudio cuya finalidad conseguir protección contra el virus del dengue, trabaja en el área de desarrollo de vacunas contra este virus, realizando pruebas con una vacuna experimental a base de nanopartículas.

Cada tesis tiene una línea diferente con la finalidad de integrar la información en una investigación global multidisciplinaria. El trabajo práctico con los investigadores-tutores de la UV ha permitido a los estudiantes ver en plano real los conceptos que sólo conocían teóricamente.

“Muchas de las técnicas las escuché en la Universidad y yo pensé que nunca tendría la oportunidad de ponerlas en práctica, ahorita las manejamos y estamos a la vanguardia con la información reciente”, expresó Mathywz.

Sin embargo el trabajo no ha sido sencillo, “hemos pasado de todo, desde el inicio que no teníamos espacio suficiente para poder trabajar, y hoy contamos con mayores espacios para desenvolvernos mejor, el ambiente para mí es el idóneo, me llevo muy bien con mis compañeros y personas del instituto”, expuso Pablo, quien destacó la importancia de contar con infraestructura pues así las cosas se hacen más rápido y al saber que cuentan con apoyo pueden plantear ideas novedosas y desarrollar su imaginación.

 

Internacionalización amplía la difusión de la ciencia

Obtener la beca Conacyt ayuda a los universitarios a contar con recursos económicos para difundir sus trabajos en congresos de Estados Unidos (EU) y Europa. Compartir sus hallazgos en inglés y desenvolverse en un contexto desconocido son un reto que han enfrentado de manera óptima. Las investigaciones se han publicado en tres revistas internacionales y se han presentado en Europa y EU.

Karina, Luis Alberto y Mathywz han difundido sus investigaciones en Pittsburg y en Querétaro. Mathywz expuso su estudio sobre la respuesta inmunológica de los pacientes al virus del dengue. La relevancia de su difusión es que la citocina que el laboratorio del IIMB evalúa (producidas durante la infección de dengue) no había sido estudiada antes en el contexto de dicho padecimiento.

En tanto Luis Alberto presentó su estudio sobre el síndrome del intestino irritable, en forma de cartel, en el Congreso Americano de Inmunología en Pittsburg, Pensilvania, y en Querétaro participó con una ponencia en el Congreso Nacional de Inmunología.

Luis también acudió en 2012 al Congreso Nacional de Inmunología en Mérida, y durante 2013 se presentó en la Ciudad de México, Monterrey, Chetumal y Veracruz. Sobre su experiencia en EU comentó que “es una experiencia en la que uno puede conocer a investigadores de otras áreas y los trabajos que hay en otras partes del mundo. También obtuve nuevas ideas para enriquecer mi trabajo y mayor conocimiento en la enfermedad que estudio”.

Por su parte Irma y Pablo tuvieron la oportunidad de presentar sus trabajos en Milán, Italia, en el Congreso Internacional de Inmunología 2013. “Este año, 2014, fui al Congreso Nacional de Inmunología, que fue en la ciudad de Querétaro”, comentó Irma. Pablo además participó en mayo de 2014 en Querétaro, donde presentó “La determinación de una población celular en pacientes con hepatitis autoinmune”.

 

La investigación y las nuevas generaciones

Para Liliana, entrar al IIMB amplió su visión sobre las oportunidades laborales: “Me di cuenta que había muchas otras cosas aparte de lo clínico, entonces se sembró en mí la inquietud de la investigación y me fui involucrando en los proyectos de los chicos de doctorado”.

El proceso de selección del Conacyt es complejo, pero al estar adscrita al posgrado tiene derecho a esta beca. Representa una muy buena oportunidad seguirse preparando con apoyo del Conacyt. A la convocatoria atendieron 11 personas de su generación; de un total de 20 solicitantes, los 11 obtuvieron la beca.

Opinó que más que desinterés de los jóvenes, es desconocimiento, pues muchas personas no saben que hay otras posibilidades de emplearse. Tal era el caso de Pablo, que confesó que en principio “no sabía bien de qué se trataba la investigación, pero estos dos años me han servido muchísimo para crecer”.

 

Aportaciones y aprendizajes de los viajes académicos

De acuerdo con la experiencia de Irma, “cuando viajamos nos damos cuenta que tenemos el mismo talento acá, no somos diferentes que los científicos de otros países en cuestión de capacidades, pero sí de actitudes. Una de las situaciones que nos limitan es que creemos que no podemos llegar a tener esa calidad o esos conocimientos, y en realidad creo que nosotros mismos somos una parte limitante, aunado a otras cosas como la falta de apoyo y demás. Pero empezando por nosotros mismos, creo que somos la primera limitante”.

Karina coincidió con este punto de vista: “Es muy padre viajar a otros países porque nos retroalimentamos, podemos ver qué están haciendo en otros laboratorios de allá; a veces uno piensa que en México lo que se hace es en poquito, pero al viajar te das cuenta que no estamos tan mal, y que si bien no contamos con tanta infraestructura o no lo tenemos todo, no estamos tan mal porque hacemos investigación de buen nivel”.

 

Estancia posdoctoral y retribución social, los siguientes pasos

A nivel personal este intercambio cultural les permite aprender del ejercicio de la investigación científica en otros países, ampliar su cultura y ambiciones, pero contrario al deseo de miles de jóvenes de obtener una plaza laboral en algún país extranjero, ellos desean regresar a México para poder contribuir al avance de la ciencia del país y retribuir a la sociedad.

“Me considero una persona bastante idealista: estoy beneficiada con el apoyo de una beca y ésta es producto del apoyo de contribuyentes, de trabajadores mexicanos. De cierta manera estoy siendo beneficiada por los impuestos de personas de mi país, entonces pienso que sería un tanto ingrato de mi parte fugarme sin haber aportado nada a él”, afirmó Irma.

Los jóvenes del laboratorio tienen una visión diferente, conscientes de que es necesario quejarse menos y actuar más. Luis Alberto, quien cuenta con el apoyo del Fondo Sectorial de Investigación Básica SEP-Conacyt, es consciente que su contacto con otros investigadores amplió su visión y despertó en él la ambición de hacer una estancia posdoctoral, pero desea regresar a México y buscar una plaza como investigador.

Pablo seguirá aprendiendo técnicas nuevas y publicar artículos científicos durante los dos años restantes como becario, posteriormente desea explorar otras líneas de investigación, como los síndromes metabólicos (obesidad).

En este momento el laboratorio del IIMB continúa buscando el fortalecimiento de su infraestructura y la atracción de recursos externos, pero la formación de recursos humanos de posgrado se ha vuelto una prioridad, de tal manera que hoy cobra importancia ya no la construcción del laboratorio sino de un equipo de trabajo integrado por diferentes colegas.

La principal motivación es servir de ancla para que otros investigadores ya formados que pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores encuentren atractivo el instituto para venir y seguir fortaleciéndolo.

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