Un culto ampliamente difundido en la Nueva España durante los siglos XVII y XVIII fue a la figura de Santa Rosalía de Palermo, personaje del siglo XII y, que de acuerdo con la leyenda, a los 14 años se retiró a una vida ermitaña en una cueva del monte Pellegrino.
Juan José Arriola, un jesuita que vivió en la Nueva España hasta la expulsión de su orden en 1767, escribió uno de los poemas más representativos de la literatura religiosa “Vida y Virtudes de la esclarecida virgen y solitaria anacoreta Santa Rosalía”.
La pieza literaria fue objeto de investigación de Estela Castillo Hernández y por la calidad del estudio que realizó, obtuvo uno de los premios a las mejores tesis de doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2013 de la Academia Mexicana de Ciencias.
La investigadora, quien realizó su doctorado en Literatura Hispánica en el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México, explicó que su trabajo está conformado por tres partes: La primera, es una memoria sobre la vida de Juan José de Arriola, un personaje del cual, incluso, se conocía poco o nada.
“Lo que hice fue rastrearlo en varias parroquias, archivos privados, bibliotecas, para ver qué papel desempeñó en la Nueva España. Descubrí que fue una figura importante durante el siglo XVIII pues, por ejemplo –y es un hecho que se debe destacar– escribió una obra de teatro de carácter popular, lo cual no era común entre los sacerdotes de aquella época”.
Para abordar a Juan José Arriola, Estela Castillo mencionó que fue necesario recurrir a los dos volúmenes de las memorias de Félix de Sebastián, una de las fuentes principales de su investigación, y cuyo original se encuentra en Bologna, Italia.
Este español establecido en la Nueva España integró dichos tomos en los que cuenta la vida de 400 personajes –incluida la de él– a través de una serie de entrevistas que realizó.
“Aparecen varios datos importantes sobre estos manuscritos de la época del poema de Santa Rosalía, por una parte; pero también habla de la vida cotidiana, de los dichos, de las enfermedades, de algunos personajes que fueron expulsados”.
El culto a Santa Rosalía
En el segundo capítulo de la tesis doctoral, Estela Castillo traza la trayectoria del culto de Santa Rosalía en la Nueva España. Se tiene muy bien documentada la veneración en Sicilia, Italia; Francia y España, pero no en la Nueva España y lo importante, dijo la investigadora, es que existen “muchísimas manifestaciones de este tipo, que aparecen aisladas y que nadie les ha hecho caso”.
Detalló que hizo una descripción minuciosa de estas manifestaciones en la Nueva España “y las pongo a dialogar también con el poema; algunas imágenes de las vidas pasadas de Santa Rosalía tienen eco en este poema y trato de llenar una laguna, de resarcir ese vacío que había de información en cuanto a la historia de este culto”, explicó.
Uno de los retos para la investigación fue lograr una edición del poema lo más cercano al original del siglo XVII, ya que a lo largo del tiempo se hicieron varias copias manuscritas del mismo, actualmente localizadas en la Ciudad de México, y en los estados de Puebla y Baja California, pero en cada una de ellas existen errores o información incompleta, por ello, en esta edición se buscó llegar a una versión fija y original.
Resaltó el hecho de que este poema fuera transcrito varias ocasiones, “algo raro porque regularmente cuando hablamos de escritos de la época de la Colonia, se sabía que había solo un ejemplar, raramente se encuentra un manuscrito que esté reproducido varias veces”.
Incluso habló del intento por publicar este poema de Juan José de Arriola en 1764, lo cual por diversas cuestiones que se desconocen no llegó a ocurrir, pero se cree que pudo haber sido por la mencionada expulsión de los jesuitas en 1767.
El texto en su contexto
Estela Castillo explicó que para lograr este estudio basó su trabajo en el método de los estudios filológicos, la crítica textual que se encarga de situar un texto en su contexto, no verlo aislado, ya que se nutre de todo, de la historia, sociología, psicología y de las artes, entre otros.
“Los estudios filológicos ayudan muy bien y permiten darle al lector todas estas herramientas, sin las cuales el estudio o análisis que se pudiera hacer con la obra se queda muy ´cojo´, no se alcanza a percibir toda esa visión que tienen las obras si se les lee u observan aisladas”, explicó.
Estela Castillo expresó su interés de que la tesis premiada que lleva por título: “Vida y virtudes de la esclarecida virgen y solitaria anacoreta Santa Rosalía, patrona de Palermo, poema lírico de Juan José de Arriola. Estudio y Edición” se publique y llegue a un gran número de lectores, lo que consideró muy gratificante si llega a concretarse.
Agradeció a la Academia Mexicana de Ciencias haberle otorgado la distinción “porque le da un lugar a las humanidades, de pronto uno ve todo el desarrollo tecnológico que hay en el mundo pero se está olvidando algo esencial que es el ser humano. Entonces premios como este ayudan a resaltar la importancia que tienen los estudios humanísticos y son gancho para acercar al lector a este tipo de textos, es un efecto de divulgación que me resulta gratificante”.
Explicó que la literatura en el siglo XVIII cumplía con la función de entretenimiento, como lo es hoy en día el cine o la televisión, por lo que encontrar manuscritos de esa época y estudiarlos resulta una labor apasionante.
“Se podría pensar que los textos religiosos de aquella época son aburridos, en particular aquellos que narran la vida de los santos, no obstante estas historias en muchas ocasiones se conformaban de elementos literarios como los libros de caballería, algunas historias tenían, incluso, una gran carga erótica, algo impensable en esa época”.
Invitó a las personas abrirse a la literatura: “Muchos pensarán que son difíciles de leer estos textos sobre todo por el vocabulario”; recomendó que para iniciarse un lector promedio debería comenzar con una breve introducción a los elementos del barroco y con ayuda de un diccionario asirse de estas historias.
Estela Castillo Hernández recibió el reconocimiento por la excelencia de su tesis doctoral el pasado jueves 26 de junio durante el Inicio del 55 Año Académico de la AMC.