Kazuo ishiguro, es un escritor de nacionalidd inglesa, nacido en Nagasaki, Japón, el 8 de noviembre de 1954, quien ganó el Premio Nobel de Literatura 2017, por “sus novelas de gran fuerza emocional que han descubierto el abismo bajo nuestro nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo”.
Su familia se trasladó a Surrey, Inglaterra, cuando tenía 5 años, porque a su padre le ofrecieron un trabajo como oceanógrafo. A Japón regresó ya como adulto.
Estudió literatura inglesa y filosofía en la universidad de Kent, donde se graduó a finales de los 70. Después cursó un posgrado de escritura creativa en la universidad de East Anglia, donde tuvo de profesores a Malclm Bradbury y Angela Carter. Su tesis se convirtió en 1982 en su primera novela, Pálida luz en las colinas, recibida con elogios por la crítica. A partir de ahí se volvió autor de tiempo completo.
Comenzó a hacer guiones para series de televisión y pequeños relatos. Después vinieron sus novelas, que se caracterizan por una psicología de angustia y recuerdo del pasado, con escasos personajes y un hilo argumental débil, muy al modo oriental. El Japón de la posguerra, el nazismo y los periodos anteriores a la II Guerra Mundial son los temas más tratados en sus obras.
Tanto en su primer libro, “Pálida luz en las colinas “, como en el siguiente, “Un artista del mundo flotante ” (1986) se desarrolan en Nagasaki unos años después de la segunda guerra mundial.
Los temas que más se asocian con su obra son los que ya están presentes desde estas novelas: Memoria, tiempo y auto-Delirio. Esto es particularmente notable en su novela más famosa, “Lo que queda del día” (1989), que se convirtió en película con Anthony Hopkins, actuando como el mayordomo obsesionado con el deber.
Al momento de recibir el Nobel en 2017, era autor de ocho novelas, escritas en inglés, además de diversos libros de relatos y guiones para cine y televisión.
Los escritos de Ishiguro están marcados por un modo de expresión cuidadosamente restringido, independiente de los eventos. Al mismo tiempo, su ficción más reciente en 2017 tenía características de fantasía. Con su trabajo distópico “Never let me go” (Nunca me abandones) (2005), Ishiguro introdujo una corriente fría de ciencia ficción en su trabajo. En esta novela, como en varias otras, también encontramos influencias musicales. Un ejemplo sorprendente es la colección de historias cortas titulada “Nocturnes: Five Stories of Music and Nightfall” (Nocturnos: cinco historias de música y anochecer) (2009), donde la música desempeña un papel fundamental en la representación de las relaciones de los personajes. En su novela, “The Buried Giant” (El gigante enterrado) (2015), una pareja de ancianos se va en un viaje por carretera a través de un paisaje inglés arcaico, con la esperanza de reunirse con su hijo adulto, a quien no han visto durante años. Esta novela explora, de manera conmovedora, cómo la memoria se relaciona con el olvido, la historia hasta el presente, y la fantasía a la realidad.
“Es un escritor de una gran integridad. No mira hacia un lado, ha desarrollado un universo estético propio”, puntualizó Sara Danius, jurado del Nobel de Literatura, al momento de anunciar que se le había otorgado el galardón.
Por cierto, Kazuo Ishiguro, en 2017 no era el favorito para recibir el premio. El diario español El País apuntó el 5 de octubre de 2017, cuando se anunció el Premio, que en los últimos días, casas de apuestas como Ladbrokes habían mencionado como favoritos para recibir el Nobel de 2017 al keniano Ngugi Wa Thiong’o y el japonés Haruki Murakami, quienes ya habían sido postulados en veces anteriores. También estaban en esa lista la canadiense Margaret Atwood, el poeta surcoreano Ko Un y el chino Yan lianke.
Desde su creación en 1901 hasta 2017, el Nobel de Literatura había distinguido a 113 autores, 14 de ellos mujeres, y en cuatro ocasiones fue compartido.
Además del Nobel de Literatura, Ishiguro había recibido el Premio Booker de 1989 por The Remains of the Day (Lo que queda del día), el Premio Whitbread (mejor autor novel británico del año), así como la Orden de las Artes y las Letras por parte del Ministerio de Cultura de la República Francesa, y su obra había sido traducida a 28 idiomas.