Investigadores están indagando en cómo la comunicación online afecta a los usuarios que se la pasan conectados en internet de forma compulsiva, los cuales muestran signos de un bajo sentido de bienestar, aparejado con soledad, lo cual además va contrapuesto a que en línea tienen una tendencia a revelar muchas cosas sobre sí mismos que no harían en viva voz.

La evidencia sugiere que la comunicación en línea tiene consecuencias negativas como ciertos trastornos psicosociales asociados a la depresión, soledad y dificultadas para entablar conversaciones cara a cara, así como un uso compulsivo de los sitios o redes sociales. A este comportamiento se le conoce como Uso Excesivo de Internet (UEI) y se refiere al tiempo que una persona pasa en línea, a tal punto que puede perder la noción del tiempo y experimentar ansiedad.

Mazer y Andrew M. Ledbetter de la Universidad Cristiana de Tejas, publicaron un artículo recientemente en el Southern Communication Journal que explora cómo los usuarios tienden a revelar intimidades en línea y presentan una compulsión ante las redes sociales, lo cual se refleja en el deterioro de sus capacidades para relacionarse con las personas o en otros de los casos, se enfocan en las redes sociales para compensar su falta de habilidades sociales.

Investigaciones anteriores sugieren que los individuos que sufren de ansiedad social perciben a la comunicación en línea como menos amenazante, por lo que es más sencillo para ellos buscar amistad de esta manera. Los estudios de Mazer y Ledbetter muestran que el UEI es un problema que incrementa poco a poco entre los jóvenes, en su mayoría, los cuales revisan de forma compulsiva sus perfiles sociales, se sienten más comodos entre sus amigo virtuales, pero en muchos casos también sienten ansiedad si estos no les contestan o no responden a sus preguntas o dan me gusta  a sus publicaciones.

Uno de los puntos más importantes de este estudio se focaliza en que los jóvenes son los más afectados, un sector de la sociedad que por motivos profesionales y académicos deberían relacionarse mejor con el mundo laboral y académico, consecuencias sociales que se revelarán en algunos años.

Algo que preocupa a los investigadores es que las redes sociales cada vez tienen mayor peso en la vida de las personas, un fenómeno sin precedentes cuyas repercusiones aún no revelan todo su potencial psicosocial.

La adicción a la internet no sólo existe debido a las redes sociales, que son relativamente recientes, sino a la descarga de información, navegación por sitios de todas clases e incluso la que tiene que ver con las actividades de hackeo de información. Estas actividades revelan, al menos a corto plazo, el peso que ahora el internet tiene no sólo como medio de socialización sino económico y laboral, con el auge de empresas cibernéticas, periódicos, programas y comercializadoras de diferentes productos.

 

Referencias:

 

Joseph P. Mazer, Andrew M. Ledbetter. “Online communication attitudes as predictors of problematic internet use and well-being outcomes”. Southern Communication Journal.

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