Los omega-3 son ácidos grasos esenciales poliinsaturados –que el organismo humano no puede sintetizar– imprescindibles para la vida y que se encuentran en alta proporción en los tejidos de ciertos pescados y en algunas fuentes vegetales como las semillas de lino, la semilla de chía, los cañamones y las nueces.
La principal línea de investigación de José Luis Guil Guerrero, científico del Campus de Excelencia en Agroalimentación de la Universidad de Almería, son los ácidos grasos, aunque uno de sus mayores intereses es la alimentación de épocas pasadas, concretamente del Paleolítico y del Neolítico. Es por esto que comenzó a enfocar su trabajo para tratar de averiguar de dónde obtendrían los omega-3 los seres humanos de la Edad del Hielo.
Varios investigadores norteamericanos como Loren Cordain, de la Colorado State Univesity, sostienen que los seres humanos de la Edad del Hielo ingerían el omega-3 a través de la carne de los animales que cazaban.
Tras analizar las muestras, encontró que gran parte de la grasa todavía estaba en buen estado y que los mamuts y caballos del hielo contenían omega-3
Sin estar del todo convencido con estas corrientes norteamericanas, el profesor Guil Guerrero se preguntaba cómo conseguirían la cantidad suficiente de estos ácidos grasos esenciales en un contexto tan gélido. Por otra parte, el consumo de carne en grandes cantidades –como para conseguir todo el omega-3 necesario para el desarrollo del cerebro– habría sido tóxico para estos humanos.
Así, comenzó a pensar que la única explicación sería que los contuviera la grasa de los animales que cazaban en aquella época. Tras contactar con el director de la Academia Rusa de Ciencias de San Petersburgo, Alexei Tikhonov, pudo desplazarse hasta allí y conseguir muestras de tejido de los famosos mamuts de siberianos Yuka y Lyuba, además de muestras de otros animales del hielo como bisontes y caballos.
Tras retornar a Almería y analizar las muestras, encontró que gran parte de la grasa todavía estaba en buen estado y que los mamuts y caballos del hielo contenían estos ácidos grasos esenciales.
Carne similar al caballo de Yakutia
«El perfil de la grasa de los mamuts ha resultado ser similar al de las poblaciones modernas de caballo de Yakutia (Siberia), que durante los meses de invierno mantienen un estado de semi-hibernación. Es decir, que desarrollan una actividad mínima, tanto de alimentación como de movimiento», apuntan los expertos.
En el artículo publicado recientemente en la revista PLOS ONE, junto a otros investigadores rusos y de la Universidad de Almería, se aportan pruebas para considerar que este estado de semi-hibernación también podría haber sido el que desarrollaran las poblaciones de mamuts, ya que para sobrevivir en los ambientes árticos estos animales se habrían beneficiado de un comportamiento similar en las épocas más frías, además de que el tipo de grasa subcutánea encontrado es el que permite esta adaptación al frío.
En resumen, son los mamuts los que con toda probabilidad han proporcionado el omega-3 necesario a los hombres del Paleolítico.
Referencia bibliográfica:
José L. Guil-Guerrero, Alexei Tikhonov, Ignacio Rodríguez-García, Albert Protopopov, Semyon Grigoriev, Rebeca P. Ramos-Bueno. «The Fat from Frozen Mammals Reveals Sources of Essential Fatty Acids Suitable for Palaeolithic and Neolithic Humans» PLOS ONE 8 de enero de 2014. DOI: 10.1371/journal.pone.0084480