Fraile e indio- conventodominico.org

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Manuel Martínez Morales

            La participación de los misioneros fue definitiva para la consolidación del dominio colonial en México. La labor de ellos tuvo éxito porque se inscribió en un proyecto político de la corona española: el de la conservación de las sociedades indígenas como sociedades tributarias. Estos frailes llevaron a cabo una inmensa obra de absorción ideológica y cultural de los pueblos mesoamericanos.

Entre estos frailes llegados a territorio mexicano destaca Bartolomé de las Casas (1474-1566), quien con su acción y obra militante marcó medio siglo de la historia de la conquista y colonización de América. Bartolomé de las Casas fue, ante todo, un político de una energía y una actividad desbordantes. Su influencia en la corte fue muy grande y en varias ocasiones logró que ésta adoptara medidas tendientes a la preservación de la sociedad indígena. Su presencia en las islas caribeñas y varios puntos de América continental sirvió de freno a la voracidad de los encomenderos y traficantes de esclavos.

En la práctica, Bartolomé de las Casas se convirtió en el aliado indirecto, pero influyente de todos aquellos que pugnaban por la evangelización de los indios pero, a la vez, conservando la cultura original de éstos. Hasta estas fechas, su nombre y su obra a favor de los indios son recordados con respeto por los pueblos indígenas contemporáneos, pueblos que aún se debaten en condiciones de lo que Pablo González Casanova ha llamado el colonialismo interno.

Diez años después del descubrimiento de tierras americanas, Las Casas llega a La Española. Ya encomendero participa como capellán de Narváez en la conquista de Cuba en donde recibe, en recompensa, una nueva encomienda. Ahí se conmueve ante el sufrimiento y la aniquilación de la población indígena y ante el encendido llamado de los dominicos en defensa de éstos.

Alrededor de 1514 se convence de que la conducta de los españoles en las colonias americanas es injusta y tiránica. Renuncia públicamente a sus indios encomendados e inicia una larga cruzada en defensa de ellos.

Las Casas es, como Quiroga, un forjador de utopías. Pero las suyas no pretenden preservar a los indios de la explotación colonial, sino reformar ésta para impedir la destrucción de los naturales y elevar los beneficios de la corona y los colonos. Esto las hace menos realizables que los experimentos locales del obispo de Michoacán, pero más idóneas para la lucha política.

Sus proyectos son originales y se orientan hacia la conciliación y la convivencia pacífica de españoles e indígenas. Al principio, propone reformar la encomienda para racionalizarla, pero, más tarde, se pronuncia por su abolición. Otro de sus proyectos es la colonización campesina fundada en comunidades hispano-indias. De acuerdo con este plan, campesinos españoles serían enviados a las Indias para asociarse con parejas indígenas, a las que se introduciría en las técnicas europeas. Se trata de una modificación neocolonial de la idea de Tomás Moro de las ¨familias rústicas ¨ de una cuarentena de miembros, en la cual la pareja española tendría el papel rector.

La mayor parte de sus planes fracasan en la práctica. Las Casas sería duramente atacado por otros frailes defensores de los indios y, desconcertado, se retira momentáneamente. Entra en la orden mendicante de los dominicos, que asume en el Nuevo Mundo tareas misioneras y de defensa de los indios, y se dedica a adquirir una cultura teológico-jurídica que le permitirá fundamentar teóricamente sus tesis sobre los indios. Retirado de la acción usa su pluma para interpelar a las más altas autoridades.

En 1537 vuelve a los proyectos prácticos. En 1541, Las Casas se encuentra en Madrid, en donde presenta al Consejo de Indias su Brevísima relación de la destrucción de las Indias y su Memorial de remedios.

En 1545, Bartolomé de las Casas llega la Ciudad Real de Chiapa como obispo de la diócesis. Ya para entonces, los colonos habían levantado una tempestad de protestas contra las Leyes Nuevas y Las Casas fue objeto de amenazas e insultos. El fraile se queja con las autoridades de Honduras –de donde dependía la Ciudad Real-, pero éstas toman partido por los colonos y tratan con aspereza a quien consideran un intruso.

En los últimos veinte años de su vida, el obispo de Chiapa reside en la ciudad de Valladolid, España, y desde ahí se hace escuchar por el Consejo de Indias. Polemiza con otros religiosos que critican sus posiciones y hace publicar la Brevísima relación … y El octavo remedio contra la encomienda, así como su Tratado sobre los indios que se han hecho esclavos, los Avisos y reglas para los confesores y el resumen de sus controversias con Sepúlveda.

Un elemento distintivo de la empresa colonial española es que en ella participaron hombres como Las Casas, Sahagún, Vasco de Quiroga y Pedro de Gante, imbuidos de los más elevados ideales renacentistas. Ellos vinieron a América no para lucrar sino para realizar los ideales de una Iglesia en la que creían, en pleno proceso de renovación, marcada por la aspiración de un regreso a los ideales del cristianismo primitivo. Su labor marcó una importante etapa en el mundo colonial americano, contribuyendo al rescate y preservación de la cultura indígena y proponiendo, aun cuando no tuvieron éxito, un proyecto social libertario fundamentado en la convivencia pacífica de los pueblos europeos y americanos.

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.

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