Manuel Martínez Morales
Pero pobre de mí! no he estado con los presos
de su propia cabeza acomodada
ni he estado en los que ríen con solo media risa
los delimitadores de las primaveras…
Silvio Rodríguez: Resumen de noticias
A lo lejos, y a veces no tanto, he mirado a los que ríen con solo media risa, delimitadores de toda primavera. Los detentadores de un poder que de nada les serviría si no fuera porque les permite disponer de la “fuerza legítima del estado”, y con el uso de esta fuerza van arrasando con poblaciones enteras y ensangrentando la tierra, nuestra tierra, el territorio nacional. Vivimos en el mundo de paradojas levantado a la fuerza por los sedicentes mandarines (qué no mandantes) de este mi triste país. Paradojas que rebasan la lógica para convertirse en lacerante realidad para miles de compatriotas: imposición de “reformas” que sólo convienen al gran capital y sus súbditos nativos, impuestas a sangre y fuego.
¿Qué clase de lógica es esta en que se invita a dialogar al disidente a condición de que se declare derrotado de antemano? A condición de que dimita del objetivo por el que emprendió la lucha: la abrogación de la reforma educativa en este caso. El que se cree que manda en este país, declara que la ley no se negocia, pero basta una breve visita de algunos barones del dinero para que este mismo personaje vete la ley “3 de 3”. Paradoja más clara no puede haber.
Por eso los maestros en pie de lucha y quienes simpatizamos y apoyamos su lucha parecemos hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado, como canta Silvio Rodríguez. Pues imposible parece lograr una educación de calidad, a contrapelo de una “reforma educativa” que se mueve en sentido contrario. Pero de lo posible sabemos demasiado: para los poderosos si no es por la buena es por medio de la violencia, con su secuela de muerte y dolor.
Paradójica es la lógica del poder, comparada con la lógica y el compromiso de los oprimidos y humillados:
-Señor Secretario, hay muertos en Nochixtlán, ¿qué hacemos?
-Que se giren los oficios necesarios, donde se asiente que investigaremos hasta sus últimas consecuencias, caiga quien caiga.
-¿Incluyendo a quien dio la orden de disparar sobre los pobladores?
-Por favor ¡entiéndame bien! Dije caiga quien caiga, o sea los líderes de esos revoltosos, lo cual además nos ayudará a bajar el volumen a su chunchaca.
No he estado en los archivos ni en las papelerías/ y se me archiva en copias y no en originales/ no he estado en los mercados grandes de las palabras/ pero he dicho lo mío, a tiempo y sonriendo
En tanto, en algún olvidado pueblito, el maestro rural muerto por las balas de policías federales es objeto de un sencillo y emotivo homenaje de cuerpo presente, por parte de sus pequeños alumnos, quienes con firmeza y convicción declaran su solidaridad con la lucha en que participaba su querido maestro. Es la otra lógica, la lógica del oprimido que por experiencia conoce a fondo el valor de la lucha contra el opresor y de la solidaridad en esta confrontación.
He estado al alcance de todos los bolsillos/ porque no cuesta nada mirarse para adentro/ he estado al alcance de todas las manos/ que han querido tocar mi mano amigamente.
Es sencillamente la lógica de la lucha de clases, término que a tantos asusta pero que es lo que realmente está en el fondo del asunto.
El problema es que quienes gobiernan asumen y creen sus propias mentiras, lo que los vuelve más peligrosos para ellos y para todos nosotros pues no pueden, o no quieren, ver las consecuencias de sus actos. Seguramente de nada les sirvió educarse en exclusivos colegios. No son capaces de prever lo que están provocando. En su obsesión por implantar a como dé lugar la reforma no contaban con la decisión del pueblo que apoya a los maestros, que lejos de amedrentarse con la brutal represión ejercida en su contra han incrementado sus acciones cuyos efectos ya se dejan sentir, sin que desde el gran palacio adviertan la situación a que están conduciendo al país.
No saben leer ni lo que la realidad les pone enfrente, no perciben la evidente contradicción que representa el intento de imponer una reforma educativa –que debería estar impregnada de civilidad- por medios bárbaros, sanguinarios, fincada en sangre y muerte.
No he estado enumerando las manchas en el sol/ pues sé que en una sola mancha cabe el mundo/ he procurado ser un gran mortificado/ para si mortifico no vayan a acusarme…
En los ríos subterráneos que atraviesan el territorio nacional circulan profundas corrientes, de origen ancestral cargadas de historia, que ya comienzan a salir a la superficie. Espero sean el inició del torrente que arrasará con la barbarie que hoy se impome en nuestro país.