Existe un número creciente de indicios de que los mecanismos del sistema inmune y el proceso inflamatorio son importantes para la biología de la esquizofrenia. En un nuevo estudio publicado en Biology of Psychiatry, el doctor Mar Fatjó-Vilas y sus colegas exploran el impacto de un gen en las funciones y alteraciones cognitivas del cerebro asociadas con esta enfermedad.

Fatjó-Vilas dijo que “este estudio es una contribución al relativamente nuevo campo de la imaginería funcional de la genética, potencialmente poderosa para el estudio de la esquizofrenia, donde la genética cumple un papel muy importante en la psique y en el deterioro cognitivo (afectando particularmente la memoria a largo plazo), que se reconoce cada vez más como una característica central del trastorno.

Para conducir este estudio se reclutó a pacientes con esquizofrenia y a voluntarios saludables, los cuales tuvieron que resolver pruebas de memoria mientras se observaba la actividad de su cerebro con resonancias magnéticas. Esto permitió a los investigadores determinar qué áreas del cerebro estaban activas durante las tareas. Asimismo, a cada paciente se le hizo un estudio genético para determinar qué tipo de combinaciones de alelos presentaban según un gen específico para observar las diferencias en su desempeño en las pruebas.

“La variante genética analizada ejerce una influencia sobre la función de la corteza prefrontal y esta influencia es diferente en sujetos sanos y en pacientes con esquizofrenia”, dijo Fatjó-Vilas.

Uno de los aspectos importantes es que existe una serie de genes que se encargan de regular e influenciar la actividad neuronal del individuo dependiendo de ciertos niveles de una proteína, la interleucina. Esto significa que hay genes más activos que otros y varían de individuo a individuo, lo que sugiere que hay un gen asociado con un mayor compromiso de las funciones corticales frontales asociadas con la cognición.

La interleucina es liberada en la sangre bajo condiciones de estrés y esta liberación promueve el proceso de inflamación, estos niveles se ven normalmente alterados en los pacientes que sufren de depresión y desórdenes psiquiátricos.

Además de tener un papel en el sistema inmune, la interleucina está involucrada en una variedad de procesos en el sistema nervioso central, así que este estudio ofrece algunas pistas para identificar mecanismos biológicos específicos de los desórdenes neurológicos y los procesos inmunológicos, así como las respuestas ante el estrés, común en las enfermedades psiquiátricas. Es decir, que hay una fuerte relación en el deterioro de las capacidades cognitivas de los individuos con esquizofrenia debido a que ante el estrés de su propia enfermedad, se disparan procesos inflamatorios, los cuales afectan su desempeño.

El doctor Fatjó-Vilas dijo que aún se está entendiendo el impacto funcional en el proceso inflamatorio de la esquizofrenia y los resultados actuales no hacen más que incrementar la curiosidad por estos mecanismos.

Referencias:

Mar Fatjó-Vilas, Edith Pomarol-Clotet, Raymond Salvador, Gemma C. Monté, Jesús J. Gomar, Salvador Sarró, Jordi Ortiz-Gil, Candibel Aguirre, Ramón Landín-Romero, Amalia Guerrero-Pedraza, Sergi Papiol, Josep Blanch, Peter J. McKenna, Lourdes Fañanás. “Effect of the Interleukin-1β Gene on Dorsolateral Prefrontal Cortex Function in Schizophrenia: A Genetic Neuroimaging Study”. Biological Psychiatry.

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