La Comisión Europea cambio sus formas de manejo de recursos para proyectos de desarrollo sostenible hacia un financiamiento a la iniciativa privada en propuestas de este tipo, mediante el programa Jessica, por sus siglas en inglés (Joint European Support for Sustainable Investment in City Areas), «apoyo europeo conjunto a la inversión sostenible en zonas urbanas».

La Comunidad Europea desarrolla este proyecto en colaboración con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco de Desarrollo del Consejo de Europa (BDCE).

La misma instancia apunta que el desarrollo sostenible de las zonas urbanas es uno de los grandes retos que tienen ante sí los países de ese continente y, para afrontarlo con garantías, el programa Jessica permite destinar fondos comunitarios hacia inversiones que ayuden a impulsar un modelo de crecimiento más viable en las ciudades.

El manejo de Jessica permite que los estados miembros destinen parte de las partidas que reciben de Europa hacia Fondos de Desarrollo Urbano (FDU) «reembolsables» para acelerar las inversiones en zonas urbanas de proyectos atractivos para la iniciativa privada que necesitan soporte financiero público.

Con ello, se refuerza la certeza de que el capital será reembolsado y podrá ser aprovechado en otras iniciativas, aumentando el impacto positivo del gasto público procedente del país y de la Unión Europea.

Esta alternativa, según la Comisión Europea, es «más sostenible» que la tradicional concesión de ayudas, ya que los fondos públicos se reciclan fomentando la sostenibilidad de las inversiones, que deben generar beneficio.

Así, a través de distintos instrumentos financieros, el dinero se invierte en asociaciones de colaboración entre los sectores público y privado u otros proyectos que encajen con un modelo de desarrollo urbano sostenible.

Concretamente, las inversiones pueden adoptar la forma de acciones, préstamos o garantías, de forma que encajen de la mejor forma posible con las necesidades específicas de cada país o región.
Además, la posibilidad de combinar estos fondos europeos con otros mecanismos de financiación permite multiplicar los recursos disponibles para apoyar un mayor número de proyectos.

Otro de los puntos fuertes de la iniciativa Jessica es que puede servir como «catalizador» para reforzar la cooperación entre países, regiones e instituciones, así como entre organizaciones públicas y privadas.

Este programa está pensado para apoyar proyectos urbanos relacionados con aspectos como el patrimonio histórico y cultural, la reconversión de terrenos industriales abandonados o la creación de nuevos espacios para actividades comerciales.

También puede contribuir al desarrollo de infraestructuras urbanas en aspectos como la mejora del transporte, la gestión del agua y los residuos o la mayor eficiencia energética.
Dentro del ámbito urbano, el programa presta especial atención a sectores de gran valor estratégico en el presente y, sobre todo, en el futuro, como el de las tecnologías de la información o el de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).

Con el fin de facilitar la puesta en marcha del programa Jessica, la CE creó en 2009 una «plataforma» que realiza aproximadamente dos encuentros al año para analizar su implantación y algunas experiencias concretas que ya están funcionando.

La iniciativa se enmarca en el programa de fondos estructurales europeos para el periodo 2007-2013, de forma que cada país que pretenda aprovecharla debe incluir una agenda de desarrollo urbano en el programa operativo presentado a Europa.

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