Una pequeña multitud se aglomera debajo de una lona, es la última vez en sus vidas que se reunirán para la misma ocasión especial, bueno, tal vez, si viven hasta el año 2117. Muchas caras miran al cielo con decepción, las nubes cubren el sol, por lo que no se puede apreciar el evento astronómico, el paso de Venus frente al Sol.
La gente se reunió en el Parque Juárez alrededor de las 5 pm, se repartieron algunos anteojos especiales para ver el evento, pero no fueron suficientes, ante las condiciones meteorológicas adversas, entre truenos y relámpagos la gente se mantiene unida, recibe inmutable algunas gotas de lluvia.
“El paso de Venus entre el Sol y la Tierra es un evento muy especial sucede en intervalos 105.5, 8 años y así repite el patrón. En la antigüedad era una herramienta para medir la distancia de la Tierra”, explica uno de los miembros de la Sociedad Astronómica de Xalapa, Juan Ramón Moro Ponce, él se encuentra debajo de la carpa para cubrir los instrumentos ante un posible chubasco.
“Para este día trajimos 3 telescopios y lo estamos trasmitiendo desde la página de la Nasa, para que todos puedan apreciar el tránsito de Venus, aquí en todo México se podrá ver, sólo mientras dure la luz, tal vez dos o tres horas. Pero podrán mirarlo en la página en tiempo real, hasta las 12 am”.
Los estudiantes, niños y padres de familia miran hacia el cielo, algunos tienen un pedazo de un filtro especial para hacerlo, lo pasan de uno a otro, por unos segundos, ya que es un instrumento rudimentario pero muy preciado, los que no lo tengan no podrán mirar el fenómeno, porque el brillo del sol es muy fuerte.
“El trayecto del planeta dura aproximadamente 7 horas y la última vez que sucedió fue en el 2004, y en 1874, un astrónomo xalapeño, Francisco Díaz Covarrubias, fue enviado por la Comisión Astronómica Mexicana a Japón para observar este evento, en representación de nuestro”.
Ante un cielo nublado la observación parece imposible, muchos ya se han retirado, murmuran algunas cosas, qué mal, ya lo veremos la próxima vez, bromean algunos. De repente la luz parece salir de entre las nubes, el sol se deja ver y las personas que quedan se interrumpen, los astrónomos calibran los telescopios, todos voltean, buscan los filtros, se los turnan, algunos quieren llevárselos pero ante tan especial evento, optan por compartir.
Los chavos se acercan a los adultos con los anteojos y los piden con una sonrisa y con las manos emocionadas, unos segundos dura la luz del sol. Ante la breve oportunidad de ver el planeta Venus, los que quedan persisten ante la oportunidad de verlo de nuevo, una momentánea alegría se reparte entre los jóvenes.
Se hace una larga fila para esperar un turno en el telescopio, por si se vuelve a despejar, casi cuarenta minutos después el sol se vuelve a abrir paso entre las nubes. Venus, minúsculo se muestra nuevamente, a la orilla superior derecha del sol. Los chavos, los niños e incluso adultos se remueven de un lado a otro, acercándose a quien tiene los anteojos, aún tienen una oportunidad.
Unos cuantos minutos después, el Sol ya se ocultaba en el horizonte, las pocas personas que aguantaron ven saciados sus deseos y se dispersan, los breves momentos de observación valieron la pena, tal vez muchos nunca miraron al sol con tantas ganas de que saliera entre las nubes.