Para comprender y entender a plenitud la evolución del pensamiento humano es necesario conocer los procesos cognitivos de las especies animales, aseveró el doctor Josep Call, de la Universidad de Saint Andrews, Inglaterra.
El especialista sobre cognición de primates, perros y aves dictó la conferencia magistral Reconstruyendo la evolución de la inteligencia, en el Auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Josep Call señaló que el conocimiento sobre el racionamiento humano es parcial; estudios comparativos entre nuestra especie, los grandes simios y primates, extendidos también a mamíferos y aves, han permitido indagar sobre qué tipos de pensamientos existen en los animales y cuáles son nuestras diferencias y similitudes.
La comparación entre especies que interactúan llevó a realizar inferencias en busca de determinar “cuáles son las cosas, a nivel cognitivo, que existían hace miles de años”, puntualizó.
“Porque al saber cuál es la distancia genética entre diferentes especies, calculada a través de un reloj molecular y combinada la información con lo que se sabe del tipo de cognición que tienen, tanto en similitudes como en diferencias, se determinan las características cognitivas que podrían haber evolucionado en el tiempo”.
“La evolución cognitiva es como un mosaico de habilidades”, aseveró, por lo tanto faltan más investigaciones sobre el tema para avanzar más sobre cuáles son los aspectos comunes y no comunes.
Las investigaciones han permitido concluir algunas de nuestras habilidades comunes: la capacidad de planeación, el uso y fabricación de instrumentos de manera sistemática para múltiples usos y la capacidad de realizar inferencias sobre lo que otros individuos pueden ver o intentan hacer. Entre las no comunes destacan la capacidad avanzada para simbolismos y la motivación para compartir experiencias.
El también director del Wolfgang Köhler Primate Research Center resaltó que el descubrimiento respeto a que los chimpancés utilizan instrumentos líticos para obtener recursos obligó a primatólogos y antropólogos a replantear sus hipótesis, entre ellas, que el empleo de instrumentos jugó un papel importante para la evolución humana, ya que no fue producto de nuestra invención.
Los experimentos también han determinado que entre algunas especies –orangutanes, bonobos y córvidos– se presenta el fenómeno de la planificación futura, secuencial y anticipatoria.
Es decir son capaces de realizar una cierta acción para satisfacer sus necesidades futuras, sin que dichas necesidades estén presentes cuando se ejecuta dicha acción.
Significa que el orangután –el gran simio más alejado del hombre y del chimpancé– es capaz de planificar para el futuro y “se puede inferir que es una capacidad que ya existía en el ancestro común de los grandes simios”. Asimismo chimpancés y orangutanes son capaces de intercambiar objetos.
El doctor Josep Call indicó que hay tres caminos presentes en la evolución cognitiva: el descendiente común en el que las especies evolucionan de forma gradual y los ancestros comunes dan lugar a otras que van a cambiar ciertas características de acuerdo con los ambientes.
En la convergencia evolutiva las especies que no tienen un ancestro común cercano cuando se les coloca en el mismo ambiente, convergen en soluciones para resolver un problema.
La característica de rasgos derivados aparece después de que el ancestro común tiene descendencia y una de las especies “hijas” desarrolla de nuevo ciertas habilidades por las condiciones del medio, mientras que la otra no. La cultura acumulada y el simbolismo son uno de los rasgos que nos diferencian de los animales.
En opinión del doctor Call no hay especies inferiores o superiores, “se cuenta con especies que tienen capacidades similares o diferentes, la inteligencia no determina el ser superior o inferior, es solo un aspecto”.
(UAM)