Sobrepeso, obesidad- Alex Cruz, EFE (archivo)

Sobrepeso, obesidad- Alex Cruz, EFE (archivo)


El doctor Luis Ortiz Hernández, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), recibió el Premio en Investigación en Nutrición 2015, que otorgan el Fondo Nestlé de la Fundación Mexicana para la Salud, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y el Fomento de Nutrición y Salud, A.C.

En su trabajo Social disorder, physical activity and Adiposity in Mexican adults: evidence from a longitudinal study –publicado en la revista Healt and Place, con sede en Oxford, Gran Bretaña– plantea la necesidad de superar la visión de que la obesidad y sus consecuencias son producto exclusivamente de las personas, sin considerar el ambiente en que viven.

En la investigación que le mereció el primer lugar en la categoría Entorno Social y Cultural de la Nutrición, el doctor Ortiz Hernández –adscrito a la Unidad Xochimilco de la UAM– señala que en las últimas décadas se ha reconocido el incremento considerable de la frecuencia de sobrepeso y obesidad entre los mexicanos: en 2012 siete de cada diez adultos tenían sobrepeso u obesidad.

Hasta hace poco se pensaba que este nivel de aumento en el peso era resultado de elecciones personales poco saludables, es decir, “se responsabilizaba a las personas de su peso pues, se decía, optaban por alimentos altos en grasa, azúcar y calorías, al tiempo que no tenían la suficiente motivación para realizar ejercicio” y en esa perspectiva se organizaban las campañas públicas de control de peso.

Esta percepción ignora, sin embargo, que las personas son afectadas de manera decisiva por el entorno que las rodea, como concluye el estudio, basado en el análisis de la Encuesta Nacional sobre Niveles de Vida de los Hogares en el cual se entrevista y mide a los miembros de más de 8,000 hogares mexicanos.

El principal hallazgo del estudio fue que los adultos que vivían en localidades donde existe desorden social ganan más grasa en el abdomen, en comparación con aquellos que vivían en lugares sin desorden.

La existencia de edificios abandonados, paredes con graffiti, consumo de drogas o alcohol en las calles evidencia desorden social y esto implica que las personas no están siguiendo las normas de convivencia que garantizan el respeto mutuo.

Uno de los efectos de este desorden es el estrés psicosocial, que genera una respuesta fisiológica en la que se producen ciertas hormonas –cortisol, entre otras– que pueden promover la acumulación de grasa, sobre todo en el área abdominal, lo que a su vez resulta problemático porque aumenta el riesgo de padecimientos crónicos como diabetes y enfermedades cardiovasculares.

En el estudio se verificó además que el desorden social aumento en México, lo cual es congruente con la crisis de inseguridad pública experimentada en el país.

Si las personas perciben que su colonia es insegura tenderán a pasar más tiempo dentro de sus casas, donde por lo general la única opción de esparcimiento es ver televisión. De ese modo, el trabajo muestra que no sólo las conductas de las personas pueden resultar en ganancia de grasa, sino que es relevante también el entorno donde habitan.

Esto plantea la necesidad de diseñar e implementar programas de renovación de las localidades que mantengan o creen espacios públicos –parques, centros comunitarios o escuelas de deportes– en buenas condiciones, así como programas sociales, por ejemplo, de formación para el empleo.

El doctor Ortiz Hernández sostiene que la participación comunitaria es un aspecto clave y puede ser promovida por las asociaciones con los residentes para que participen en el diseño y la ejecución de planes de carácter  social –prevención de adicciones y delito– así como la creación de áreas verdes, entre otras acciones que contribuyan a una mayor percepción de seguridad.

En la ceremonia de premiación, celebrada en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, estuvieron presentes el director general de éste, doctor David Kershenobich Stalnikowitz; el presidente del Consejo Directivo de la Fundación Mexicana para la Salud, licenciado Pablo Escandón Cusi, y el presidente ejecutivo de Nestlé México, Marcelo Melchior.

El Premio en Investigación en Nutrición es una iniciativa que surgió en 1992 con el propósito de coadyuvar a mejorar la investigación en nutrición de la población mexicana y es uno de los galardones más reconocidos sobre el tema, tanto a nivel nacional como en América Latina.

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