Egresados de las primeras generaciones de la Maestría en Inteligencia Artificial (MIA) de la Universidad Veracruzana (UV) acudieron a la celebración de los veinte años de su fundación para participar en una mesa redonda en la cual compartieron sus experiencias.

         En el evento, que inauguró formalmente la conmemoración, participaron Nareli Cruz Cortés, investigadora del Centro de Investigación en Computación (CIC) del Instituto Politécnico Nacional (IPN); Cora Beatriz Excelente Toledo, investigadora del Laboratorio Nacional de Informática Avanzada (LANIA); Angélica Muñoz Meléndez, miembro del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y Nicandro Cruz Ramírez, académico de la MIA.

Las participaciones fueron moderadas por Héctor Gabriel Acosta Mesa, académico del posgrado. Respecto de la trascendencia que este tuvo en su desarrollo como investigadora, Beatriz Excelente expresó: “Ha sido un privilegio participar en este gran proyecto. Para mí fue el paso natural entrar a la maestría, que me dio la oportunidad de definir mi línea de trabajo, mi área de investigación”.

Por su parte, Angélica Muñoz compartió qué la motivó a cursar el posgrado, único en su tipo al momento de su fundación.

“Creo que porque uno es rebelde, creo que la gente que hace inteligencia artificial no tiene sólo una formación técnica sino que tiene interés por la parte social, por la filosofía, por la literatura. Me di cuenta, cuando estudiaba la maestría, que todos teníamos influencias comunes; habíamos leído a Asimov, por ejemplo, nos interesaban los sistemas expertos que habíamos visto poco en la licenciatura, eso era más interesante que hacer sistemas operativos”.

En ese sentido, Cruz Ramírez señaló que le interesó el tema de los sistemas expertos, y aunque no sabía nada de computación los compañeros le ayudaron mucho así como su asesor de tesis, Manuel Martínez Morales.

Respecto de los retos de la IA, Muñoz Meléndez reconoció que “hace falta recuperar el discurso temerario de los padres fundadores y no tener miedo, queremos hacer computadoras más útiles pero queremos entender los procesos que están detrás de la inteligencia, ¿Qué es pensar? ¿Qué es razonar? No hay que tener miedo a decir eso, ya que es una vía que sigue siendo inagotable”.

Por su parte, Nicandro Cruz coincidió con la idea de que “hay que regresar a crear entes inteligentes, no hay que olvidar eso, porque cuando uno trabaja con minería de datos, como es mi caso, puede llegar a alejarse de esta perspectiva”.

Excelente Toledo advirtió que la cuestión de fondo es buscar la claridad en cuanto a los objetivos del posgrado, en ello se debe pensar para saber qué ofrecen y a quiénes forman, “en ese sentido nos obliga a pensar qué queremos transmitir y cómo lo debemos hacer. Si quiero generar científicos, la maestría lo tiene; si quiero generar profesionales tengo que plantearlo desde términos pragmáticos”.

En ese sentido, agregó, el posgrado que ofrece la MIA “no lo ofrece nadie, no con toda esa gama de líneas de trabajo”.

Acosta Mesa planteó a los presentes si vale la pena hacer IA en México, ante lo cual los investigadores advirtieron que, desde otro enfoque, actualmente se les solicita a los jóvenes una mayor precisión cuando deciden aplicar para un posgrado en el extranjero.

Cruz Ramírez opinó que las tecnologías de información permiten acortar distancias y la presencia de los jóvenes sirve para apoyar a los posgrados nacionales, inclusive las limitantes que pueden surgir en México sirven para fomentar la creatividad de los alumnos, como fue el caso del propio Acosta Mesa, quien comenzó trabajando en colposcopía y actualmente trabaja con imágenes generadas por escáner.

“Curiosamente yo fui a la Universidad de Sheffield para continuar mi proyecto de maestría”, comentó Héctor Gabriel Acosta, “con quien era el líder mundial en visión estéreo, John Mayhew; pero cuando llegué me dijo que había obtenido fondos para trabajar en imágenes biomédicas, son cosas que uno no puede planear o considerar”.

Nareli Cruz opinó que existe un problema de fondo al percibir una separación entre la tecnología y la historia de la ciencia, “se argumenta que no podemos ponernos a resolver problemas que no tengan una aplicación inmediata, tenemos problemas reales que debemos solucionar como tecnólogos, pero creo que está peleada con la parte científica de investigar los problemas por el hecho de que el problema es interesante; este es un reto para nosotros, encontrar el justo medio en estudiar un problema porque es interesante y que tenga aplicaciones para la realidad”.

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