Todos hemos visto como la lluvia o la condensación de los líquidos llena una superficie de gotas de agua, unas son pequeñas y otras son más grandes, pero ¿has observado que conforme pasan los minutos las gotas más pequeñas se aglomeran o se unen a las más grandes?
A este fenómeno, aparentemente común y corriente, se le llama Maduración de Ostwald, el cual se observa en líquidos, emulsiones y algunos cristales. La premisa es que las gotas de agua de mayor tamaño están energéticamente favorecidas con respecto a las más pequeñas, lo que quiere decir de una forma sencilla, que las más grandes son más estables y atraen hacía sí a las más chicas.
Si no has observado este fenómeno, mira con cuidado las ventanas durante esos días de lluvia.
O en las cervezas, entre los fenómenos físicos de estabilidad de las espumas se encuentra la denominada maduración de Ostwald, mediante este proceso las burbujas a diferentes presiones van cediendo gas de unas a otras. Las burbujas de menor tamaño van cediendo gas a las de mayor diámetro. Este proceso hace que evolucione la espuma proporcionando aromas al usuario.